La ANDE estimó la demanda de energía eléctrica hasta 2030 y el VMME hasta 2050. Considerando que la oferta máxima eléctrica es de 48.450 GWh y tomando las estimaciones de ambas instituciones, podría decirse que la demanda superaría a la oferta entre 2035 y 2040.
Sin embargo, la demanda de energía eléctrica presenta la misma situación que la potencia. El gráfico 4 (publicado en la edición anterior) muestra que la demanda eléctrica proyectada por la ANDE para el escenario medio ha sido considerablemente inferior a la demanda de energía eléctrica efectiva.
El Centro de Estudios Económicos de la Unión Industrial Paraguaya (CEE de la UIP) calculó 3 escenarios posibles de demanda de energía eléctrica:
Escenario alto: la demanda de energía eléctrica crece a una tasa anual de 14,6% (calculada en base al crecimiento de los últimos dos años), en 2029 esta superaría la oferta.
Escenario medio: la demanda de energía eléctrica crece a una tasa anual de 8,7% (calculada en base al crecimiento de los últimos 5 años), en 2032 se superaría la oferta.
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Escenario bajo: la demanda de energía eléctrica crece a una tasa anual de 6,8% (se toma la tasa de crecimiento del escenario medio proyectada por la ANDE), en 2034 superaría la oferta.
Esto quiere decir que dentro de los primeros años de la década de 2030, la demanda de energía eléctrica superaría ampliamente la oferta máxima posible.
Ambos gráficos muestran que Paraguay enfrenta una doble amenaza: no solo la potencia instalada para los picos de consumo será insuficiente, sino que también la energía total requerida superará nuestras capacidades. Esto confirma la urgencia de soluciones estructurales como la termoeléctrica a gas, que puede proveer energía firme y escalable en el corto plazo.
Oferta de energía eléctrica del paraguay 2020 - 2050

El VMME estimó la oferta de energía eléctrica de Paraguay hasta 2050. Sin embargo, existen ciertas cuestiones resaltantes:
Estiman la puesta en funcionamiento de Aña Cua en 2024, pero hasta el día de hoy no ha sucedido.
Se prevé la incorporación de generación a gas natural recién para 2040, pero Paraguay necesita anticipar esas inversiones para no caer en déficit energético. La ventana de reacción se cierra en 2026-2027.
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Se toma como disponible de potencia en las centrales la totalidad de las potencias instaladas. Se debería descontar por lo menos dos unidades generadoras de la binacionales, una por mantenimiento y otra por reserva, a los efectos de planificación.
En lo relativo a las PCH se debería considerar por lo menos las 22 que están señaladas como viables en el Atlas del Potencial Hidroenergético de la Itaipú Binacional con una potencia instalada total de unos 400MW.
Aunque vemos una planificación de proyectos que suman nuevas capacidades, la velocidad de la demanda supera la velocidad de estas inversiones. Si seguimos este ritmo, la oferta no alcanzará la demanda en el primer quinquenio de 2030.
Los proyectos binacionales con Argentina (Ita Corá y Corpus), ciertamente podrían aportar capacidad hidroeléctrica a futuro, pero no resuelven el cuello de botella energético que enfrentaremos en el corto plazo. Son proyectos que duran más de 10 años y poco factibles por las resistencia de la población. Similar comentario se merecen las consideraciones sobre la puesta en servicio de la ampliación de Yacyretá con tres unidades adicionales y la maquinización de la presa del Yguazú.
Riesgos económicos de una crisis energética

Es importante entender que el hecho de que la demanda eléctrica supere a la oferta no llevará a un apagón generalizado –pero los apagones sí serán frecuentes– en el que no se podrá hacer uso de la energía eléctrica, sino más bien a un estancamiento de la producción de electricidad.
Esta restricción de la oferta energética podría llevar a la propia economía paraguaya a un estancamiento. Por un lado, será difícil que nuevas industrias se instalen en el país debido a que no podrán acceder a energía eléctrica que asegure el correcto desarrollo de sus actividades. Por otro lado, las industrias ya instaladas no podrán aumentar su capacidad productiva por la misma razón. Estas cuestiones impactarán negativamente en la inversión y la producción, tanto nacional como extranjera.
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A la par, el estancamiento de la inversión y la producción traerán consigo una desaceleración del empleo. Si no pueden instalarse nuevas industrias o las existentes no pueden crecer más, será imposible que más individuos se inserten al mercado laboral.
Esto generará desempleo, lo que impactará directa y negativamente en el bienestar de la población.
De lo anterior se puede deducir que si bien la escasez de energía eléctrica no causará un apagón per se, si generará un círculo vicioso que estará caracterizado por falta de inversión, estancamiento de la producción y desempleo e impedirá el crecimiento de la economía.
Por su parte, con una demanda de potencia máxima superior a la oferta, si se producirían apagones y sobrecargas. Los picos de demanda de potencia se darían en días y horas donde converge la necesidad de electricidad de hogares y empresas. Estos, al encender equipos, electrodomésticos y máquinas al mismo tiempo, sobrecargarían el sistema y se generaría un corte de la energía.
Los cortes, conocidos como “alivio de carga” podrán ser de forma aleatoria y de forma imprevista para el consumidor. Obliga a disponer de generadores térmicos y de acción inmediata. Con los sistemas computarizados de producción hasta esos pequeños momentos de “microcortes” pueden afectar la producción.
Respecto al déficit de energía, cuando Paraguay se quede sin excedente (en 2033), técnicamente el uso de energía eléctrica no podrá aumentar. Por lo tanto, estimando en qué porcentaje el crecimiento del PIB del país depende del uso de energía eléctrica, aproximadamente se ubica entre el 70-80%. En este sentido, es la energía más productiva que usa el país, a diferencia de otras fuentes.
La tasa de crecimiento potencial del PIB (lo que puede crecer la economía usando todas sus capacidades) se estima entre el 4,5-5% anual. Si el uso de esta no puede crecer más, el crecimiento potencial del PIB se reduciría hasta solo 1,8% (sería lo máximo que el PIB podría crecer). Para el año 2054, el PIB sería 74% menos que el potencial estimado actualmente.
El déficit energético según escenarios
Según nuestra proyección media, el déficit de generación de energía y consumo en el año 2034 sería de 3.836 GWh. Sin embargo, para el año 2040 se esperaría un consumo excedente de 42.946 GWh. Según la proyección alta, que es factible, el déficit en el año 2030 sería de 2.847 GWh.
En la práctica no toda la capacidad está disponible al mismo tiempo. Esto se debe a que algunas turbinas o unidades de las hidroeléctricas deben parar por mantenimiento o por otras razones técnicas.
Por eso, si se considera esta variable, el déficit de energía podría ocurrir antes de lo previsto.
Se deben considerar diversas fuentes de generación adicional para cubrir esta diferencia. A continuación se presentan diferentes alternativas, considerando los costos de construcción y plazos referenciales.
Inversiones
Aunque vemos una planificación de proyectos que suman nuevas capacidades, la velocidad de la demanda supera la velocidad de estas inversiones.
Fuente: INDICEE - Suplemento económico de la Unión Industrial Paraguaya.(II)