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Es de recordar que las calificadoras de riesgo (también denominadas calificadoras de valores) son instituciones independientes que dictaminan las emisiones de instrumentos representativos de deuda y a los emisores de valores, para establecer el grado de riesgo que dicho instrumento representa para el inversionista. Evalúan la certeza de pago oportuno por parte de la emisora y constatan su existencia legal, a la vez que ponderan su situación financiera (Ministerio de Economía y Finanzas-MEF).
En los términos de otra de las agencias Standard & Poor’s, una calificación crediticia es una opinión sobre la probabilidad de que un emisor cumpla con sus obligaciones financieras en tiempo y forma. Además contribuye a obtener conocimientos de –y acceso a– nuevos mercados, reforzar la transparencia, servir como un parámetro universal, evaluar y demostrar la calidad crediticia.
Entre los impactos económicos y financieros de una mejora en la calificación de riesgo o de crédito destaca la posibilidad de que un país pueda acceder a créditos externos con bajas tasas. La buena calificación no se limita solo a lo que genera en el sector público, sino que también tiene implicancias positivas para el sector privado. A decir, una mejor calificación disminuye el riesgo país el cual está incluido en la tasa de interés que los bancos extranjeros cobran a las empresas y a las entidades financieras nacionales. De esta manera, cuando disminuye el riesgo país, en general, puede reducirse la tasa de interés de préstamos en la economía.
En la misma línea, especialistas como Cantor y Packer estimaron que una rebaja de un solo nivel en la escala de calificación puede aumentar estos diferenciales hasta en un 25%.
Para el caso de Paraguay, que pasó de Ba1 a Baa3 con la categoría de calificación crediticia grado de inversión (o investment grade) engloba varios tipos de rating con menos probabilidad de quiebra frente a la categoría sin grado de inversión (non investment grade).
Por tanto, las agencias de calificación crediticia puntúan acerca de un determinado activo financiero, empresa o Estado. Esto indica que tiene un riesgo de quiebra (default en inglés) o insolvencia de pagos bajo o relativamente bajo. Así, la capacidad de pago adecuada para considerarse grado de inversión para Moody’s es el rating Baa y para S&P y Fitch es el BBB.
Tal como se adelantó en la entrega anterior, en esta se analizan las implicancias socioeconómicas de haber ingresado entre los selectos países con grado de inversión así como las perspectivas en el corto plazo.