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Las notas van desde BBB- hasta AAA. Esta calificación refleja un alto nivel de credibilidad y confianza en la economía calificada. Por tanto, una inversión en bonos emitidos por ese Gobierno se presenta con un bajo riesgo.
En los peldaños 0 a 11 se considerarían como de más riesgo, por tanto, generan mayores retornos a los inversionistas por la mayor tasa de interés cobrada al país emisor. En la jerga financiera, los bonos de emisores con calificaciones menores al grado de inversión son llamados “bonos basura”, mientras que los emitidos por gobiernos con calificación AAA figuran como los más seguros del mundo.
¿Cuál ha sido el proceso de Paraguay?
El grado de inversión otorgado recientemente a Paraguay generó una serie de perspectivas positivas no solo a nivel país, sino a escala mundial. La anhelada calificación puso de relieve todo el proceso de reformas realizado en dos décadas, así como los importantes desafíos que aún enfrenta la economía nacional.
El país ha tenido buenas calificaciones y perspectivas, así como importantes avances durante los últimos 15 años. A decir, el manejo de la inflación, la incursión en los mercados internacionales con la emisión de bonos soberanos en el año 2013, el equilibrio fiscal sustentado por la Ley de Responsabilidad Fiscal (LRF), el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), el nivel de reservas internacionales, la política de repagos, entre otras importantes reformas.
Desde el inicio de las evaluaciones, Paraguay no ha registrado rebaja alguna y las últimas calificaciones de riesgo destacan al país con BB+ (Standard & Poor’s y Fitch), ambas agencias consignan la perspectiva “estable” a febrero de 2024 y noviembre de 2023, respectivamente. Pero lo resaltante se registró recientemente, cuando Moody’s elevó la calificación de Paraguay de Ba1 a Baa3 “estable”, otorgándole el grado de inversión. Es decir, con riesgo moderado o capacidad adecuada en el mediano y largo plazo.
A un peldaño, según las otras dos calificadoras
En tanto que Standard & Poor’s y Fitch Ratings sigue ubicando al Paraguay a un peldaño del grado de inversión, aún en el grado especulativo y con riesgos de incumplimiento a mediano plazo.
Es igualmente importante mencionar que los informes de evaluación de las mencionadas agencias han coincidido en el gran desafío que aún representa para el Paraguay superar los problemas institucionales desde cierta inestabilidad en las reglas de juego hasta la alta inseguridad jurídica.
Moody’s y los criterios para otorgar el grado de inversión
La decisión de Moody’s de elevar la calificación de Paraguay el pasado 26 de julio y situarlo así en el peldaño de grado de inversión se dio tras 26 años de que el país haya obtenido su primera calificación crediticia por parte de la mencionada agencia y 9 años de la última alza realizada por la misma compañía.
Pero ¿cuáles han sido los factores que incidieron en la mejora de la nota? De acuerdo con el informe dado por Moody’s, tres puntos sustentan la decisión:
1. Un crecimiento económico robusto y sostenido;
2. Una economía más resistente a los shocks y
3. Un historial de reformas institucionales que ha mejorado la evaluación de la fortaleza institucional y de gobernanza.
Para la calificadora, la diversificación económica de Paraguay durante los últimos diez años ha sido clave en el aumento de su resistencia a los shocks, por consiguiente, en la reducción de la volatilidad del crecimiento económico y del Producto Interno Bruto (PIB).
Si bien, los sectores de la agricultura y la generación de energía hidroeléctrica forman parte importante de la actividad económica, el país ha atraído inversiones en sectores no tradicionales a medida que la elaboración y el valor añadido de la producción agrícola han aumentado y el sector manufacturero ligero ha crecido rápidamente, refiere una parte del documento de Moody’s.
Destacaron también la mayor resiliencia económica frente a múltiples shocks como las sequías de 2019 y 2022 y el complicado escenario provocado por la pandemia.
En el mismo contexto, en 2020, la economía del país se contrajo 0,6%, menos que sus pares regionales con una recuperación en 2021. El crecimiento experimentó otro shock en 2022, debido al impacto de la sequía en la producción agropecuaria, sin embargo, la economía no se contrajo como en anteriores episodios de sequía, resaltaron desde la agencia.
Las expectativas de crecimiento sostenido en los sectores no agrícolas y una mayor resiliencia a las perturbaciones climáticas para los próximos años continúan basándose en una sólida expansión del sector manufacturero ligero y de fuertes flujos de Inversión Extranjera Directa (IED).
De hecho, para Moody’s el crecimiento promedio del PIB de Paraguay se situará en torno a 3,5% en los siguientes años y que se encuentra en línea con el crecimiento potencial del país. No obstante, este escenario podría ser mayor sujeto a la dinámica de los proyectos de IED como los de la silvicultura y los fertilizantes verdes que generen efectos indirectos positivos más allá de su propia construcción y operaciones.
En cuanto al proceso de consolidación fiscal, la calificadora estima que se mantendrá la fortaleza fiscal, con potencial de mejora en las métricas fiscales. Ello, producto de menores déficits fiscales y pagos de intereses ampliamente estables.
Además, de que la carga de la deuda como porcentaje del PIB se mantenga en torno al 40%, muy por debajo de sus pares con calificación Baa3. Es de mencionar que, a mayo de 2024, la deuda pública asciende a US$ 17.650,1 millones o su equivalente a 38.9% del PIB.
Si bien la agencia destaca el proceso de desdolarización de los compromisos, refiere que el país seguirá dependiendo de la deuda en moneda extranjera en el futuro previsible, al considerar que el 45% de la deuda denominada en moneda extranjera se debe a los bancos multilaterales de desarrollo, lo que reduce significativamente el riesgo de refinanciamiento, aunque la exposición al riesgo cambiario sigue siendo una fuente de vulnerabilidad.
Factores para mejora o baja de la calificación crediticia
Si bien Paraguay obtuvo el grado de inversión, la calificación está sujeta al cumplimiento o no de determinados puntos.
De esta manera, la agencia elevaría la calificación soberana de Paraguay bajo los siguientes criterios:
-Implementación de reformas estructurales por parte del Gobierno para continuar mejorando el marco institucional y de gobernanza del país;
-Esfuerzos por aumentar los ingresos gubernamentales;
-Reducción de la proporción de la deuda en moneda extranjera generando importantes beneficios crediticios, mejorando la fortaleza fiscal y la calidad crediticia general de Paraguay;
-Aumento de la inversión privada en los sectores de infraestructura y energía renovable del país.
Además, contempla factores de incidencia negativa sobre la calificación como:
-Si los esfuerzos por modernizar la economía y aumentar la resiliencia parecen cada vez más propensos a no cumplir con las expectativas, lo que pesará sobre la fortaleza económica;
-Un período prolongado de debilidad de la inversión privada o del crecimiento económico;
-En caso de que las acciones por mantener y mejorar la fortaleza fiscal de Paraguay resulten insuficientes, lo que conducirá a un aumento de la deuda y/o de la carga de intereses;
-Si la implementación de la agenda de reformas estructurales se estanca y no cumple con las expectativas de mejora en la fortaleza institucional de Paraguay.
Como se ha expuesto, el país ha realizado un importante proceso de fortalecimiento de su economía, sin embargo, los desafíos siguen siendo considerables, aún más con la presión de que ya cuenta con el Grado de Inversión y las exigencias son mayores para que Paraguay consiga mantener su estatus a nivel internacional.
En la siguiente entrega se analizarán las implicancias socioeconómicas de haber ingresado entre los selectos países con esta importante calificación, así como las perspectivas en el corto, mediano y largo plazo.
Desafíos
Desafíos siguen siendo altos más aún con la presión de que ya cuenta con el grado de inversión y las exigencias son mayores para mantener estatus.
Peldaño
Standard & Poor’s y Fitch Ratings sigue ubicando al Paraguay a un peldaño del grado de inversión, aún en grado especulativo y con riesgo de incumplir.
Riesgo
En peldaños 0 a 11 se considerarían como de más riesgo, por tanto, generan más retornos a inversionistas por la mayor tasa de interés cobrada al país emisor.