Los desafíos del sector energético

El sector energético paraguayo es y será siempre un gran desafío para las autoridades nacionales; lastimosamente no se le presta la atención que corresponde. Hoy salimos de un gobierno lleno de falencias y entramos en uno novel, sobre el cual tenemos las dudas normales. Los desafíos son múltiples, pero aquí apenas haremos referencias a uno general y a los asociados a las binacionales.

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Iniciamos aclarando la afirmación de falencias, que sale en respuesta del cuestionamiento ¿Qué se hizo y qué se dejó de hacer y, principalmente, cuáles son sus consecuencias directas? Mirando los cinco años pasados, no sé qué hizo en el sector algo concreto y relevante; muchos, o algunos, saltarán afirmando: comenzamos Aña Cua, es verdad, comenzaron una obra que no podía demandar más de cinco años de ejecución y avanzaron en un 30%.

¿Alguien tiene idea del costo de esta pésima gestión de construcción? En forma rápida, que representa una pérdida anual, en ingresos por energía, de más de US$ 50 millones al año. Si demora otros cinco años, las pérdidas alcanzarán como mínimo al 50% del costo total de la obra.

El desafío general

Deriva de la crisis energética hacia la cual el país se encamina; es necesario tomar conciencia de que ella es real, que no debe demorar más de ocho años en llegar y que solo podremos minimizarlo con la construcción de grandes centrales hidroeléctricas.

Es tentador, como pudo haber sido para el que se fue, afirmar que no llegará en este gobierno y que se vean los que vienen, a pesar de que tenemos una próxima generación con hijos, nietos, etc., porque esta egoísta actitud los condena a un futuro de sufrimiento.

Existe otra medida paliativa y temporal para atrasar la llegada de la crisis; la misma consiste en utilizar correctamente la energía que tenemos, pero eso podría demorar tiempo su aplicación, primero por los requisitos legales necesarios y, segundo, por la propia cultura del pueblo paraguayo, al que se le acostumbró con la idea de que tenemos fuentes inagotables de energía con nuestras dos grandes centrales y algunas pequeñas construidas o en construcción.

El desafío de Itaipú

La renegociación del Anexo C, sin duda, representa el principal desafío hoy; solo que este único reto es el GRAN RETO por sus complejidades y posibles consecuencias de una mala negociación.

Parece simple, pero la primera cuestión es ¿Qué Anexo C se va a renegociar? Ya lo repetimos en múltiples ocasiones, se tiene el original anexo al Tratado de 1974 y el modificado, en el ámbito interno de la entidad binacional, en el 2002 y que se aplica desde ese año hasta hoy.

Si me preguntan ¿Cuál es mejor? Yo podría ser un pistolero y disparar diatribas contra ambos, pero solo voy a opinar que ambos cumplen un objetivo, definir las “Bases Financieras y de Prestación de los Servicios de Electricidad de la Itaipú” y que ambas castigan al Paraguay con ingresos posiblemente inferiores de lo que le correspondería como dueño de una riqueza invalorable.

Una opinión como esta resalta la compleja situación actual que, por un lado, tiene reflejos económicos imposibles de ignorar, como el reparto desproporcionado de la energía barata y que contradice el Tratado de Itaipú (Art. XIII) y, por el otro, la difícil situación que representa validar como acuerdo internacional un acuerdo gestado en el ámbito interno de Itaipú.

Una posible salida transitoria, que no se entienda como renegociación del Anexo C, es la elaboración de Notas Reversales en las que se establezcan como válidas las reglas vigentes. Allí se tendría un único Anexo C y se podría negociar sobre algo totalmente legal. Otra posible salida es aplicar la famosa pérdida de memoria y olvidar el pasado y centrarse solamente en el futuro; creo que sobre un futuro prometedor, el pasado puede dejar de tener importancia.

Pero, qué sería un futuro prometedor. Igualdad de trato, igual capacidad de negociación, beneficios y perjuicios iguales. Atención, no me estoy refiriendo solamente a lo referente a la energía paraguaya en la entidad, me refiero a una Itaipú binacional única, con dos plenos propietarios y con igual capacidad de gestión.

Para concluir este tema, un subproducto deseable de esta negociación sería la posibilidad real de crear un fondo nacional de desarrollo del país con los recursos provenientes de la Itaipú.

El desafío de Yacyretá

Cinco son los puntos principales que contienen este desafío, que citamos a continuación y en la secuencia lo iremos desarrollando:

1.- Renegociación del Anexo C, vencido en el 2014.

2.- Definición sobre la deuda de la entidad.

3.- Propuesta para cancelación de la deuda.

4.- Conclusión de Aña Cua.

5.- Negociación para la construcción de nuevas grandes centrales.

Primer desafío

La vigencia del Anexo C de Yacyretá expiró en el 2014: su duración desde la puesta en vigencia de su Tratado fue establecido en 40 años; luego de este lapso, se debería renegociarlo. Su puesta en vigencia data de 1974, en consecuencia el 2014 fue el año de la renegociación.

En mayo de 2017, se firmó en Yacyretá el recordado acuerdo Cartes–Macri que, aparentemente, tenía otra finalidad. Sin entrar en detalles al respecto, podemos afirmar que este acuerdo validaría el Anexo C vencido por otros 30 años. Todos recordarán que en Paraguay se realizaron los procedimientos de rigor (para su validación) rápidamente. Presentaron la Nota Reversal correspondiente y lo aprobaron en el Parlamento. Esa actitud no se observó en la Argentina; al contrario, luego de más de seis años comunicaron al Paraguay que ya no lo enviarían a su Parlamento.

Segundo desafío

La deuda en Yacyretá es una bola de nieve que crece con el paso de los años. Me atrevo a afirmar que debe estar lejos por encima de los US$ 20 mil millones.

El primer intento por darle una solución a esa deuda fue a través de la Nota Reversal de 1992. Si lo investigan, este instrumento fue rechazado en el Parlamento paraguayo en 1995. No quiero hacer juicio de valor sobre el mismo; no obstante, puedo afirmar que se perdió una oportunidad para detener y eliminar el crecimiento exagerado de la deuda.

Una segunda ocasión surgió con el acuerdo Cartes – Macri. Nuevamente no hacemos ningún juicio de valor, pero, en concreto, daba una solución al tema creciente de la deuda. Pero ya lo afirmamos antes, no fue tratado por Argentina.

La triste realidad de Yacyretá hoy es que se trata de una empresa inviable, con una deuda impagable con su propia gestión y que eso lo vuelve inaplicable para garantizar, por sí misma, nuevos emprendimiento o ampliaciones. Siempre estará supeditada a los designios del papá rico y del papá pobre y ¿quiénes somos los pobres? Para qué mencionar.

Tercer desafío

El desafío al que nos queremos referir es diferente de los mencionados en la NR-92 o en el Acuerdo Cartes-Macri, que si bien son propuestas, tienen una larga implementación. A mi entender el desafío es usar una ingeniería financiera que, al mismo tiempo, se encamine a cancelar la deuda y deje un excedente aplicable a nuevas obras. ¿Es esto posible? Si lo es, lo formulamos durante la gestión del presidente Lugo (Fernando), pero como es frecuente, cuando no se entiende la propuesta, lo más fácil es desecharla, así como a quienes lo propongan.

Cuarto desafío

Al finalizar Aña Cua el desafío sería acortar los plazos de su puesta en servicio: Una obra que con una adecuada e inteligente gestión técnica podría estar generando a los cinco años; en este mismo plazo hoy está con 30% -o un poco más- de avance. Estos atrasos son los responsables por los desajustes entre ingresos y egresos. Aña Cua concluido debe inyectar unos 50 millones de dólares al año, y si se retrasa cinco años, dejan de ingresar unos US$ 250 millones, además de los gastos que incurrieron en este periodo. Ya no quiero criticar, pero tengo que decirlo, esto se debe a la decisión de colocar a personas no preparadas en la gestión de una central hidroeléctrica.

Quinto desafío

Es importante aclarar que este desafío se podrá cargar a Yacyretá si se cumple o están en vías de cumplimiento los cuatro anteriores, sin todo esto darle algún protagonismo sería poco serio. Cómo podrían pretenderse otros emprendimientos si ni siquiera hay capacidad para resolver los problemas domésticos.

Yo lo presento como otro desafío en base a experiencias pasadas, en las que los cuatro primeros citados los teníamos controlados y el equipo tuvo el poder de convencer, primero al director argentino, a todos los consejeros y elevarlos a la instancia superior, lograr su aprobación, pero la decepción vino por el lado paraguayo, donde nuevamente rigió el principio que establece “cuando no se entiende la propuesta, lo más fácil es desecharla, tanto la propuesta como a quienes la proponen”.

Claro que por Yacyretá pasa un camino, pero, como siempre, si está cerrada o inviabilizada, existe la alternativa de tratar la propuesta directamente entre las Altas Partes del Tratado y fijar una nueva ruta a través de la formación de una nueva Entidad Binacional, por ejemplo.

Algunas sugerencias finales, sea la obra emprendida vía Yacyretá o sea vía nueva Entidad Binacional.

- Utilizar turbinas acostadas en el río.

- Planificar no solo una central hidroeléctrica, sino tres, por lo menos, lógicamente la construcción podría ser secuencial o espaciadas en el tiempo.

- Planificar la conclusión de la primera central en 10 años, máximo.

- Los proyectos básicos, ejecutivo y constructivo, aplicarlos a partir de la segunda central, en la primera, directamente elaborar proyectos constructivos.

- Asegurar el flujo económico no con recursos del Estado, se podrían utilizar recursos de Yacyretá y de entidades financieras internacionales, con la garantía de la energía a ser producida.

Finalmente, no nos referimos, no porque las hemos olvidado, las grandes líneas de transmisión serán prioritarias y acopladas al emprendimiento múltiples obras de infraestructura serán necesarias. Las mismas demandarán la utilización de abundante mano de obra, más la inyección de millones de dólares en los dos países propietarios.

Aquí concluimos esta presentación, pidiendo disculpas por el lenguaje sencillo por el que optamos. Cada punto mencionado tiene múltiples aristas, pero temíamos que no nos comprendiera nuestro público lector.

¡El reto!

La renegociación del Anexo C representa el principal desafío hoy. El gran reto por sus complejidades y eventuales secuelas de una mala negociación.

Yacyretá

Renegociación del Anexo C. Definición de la deuda del ente. Propuesta de cancelación de la misma. Aña Cua. Construcción de nuevas centrales.

(*) Exdirector paraguayo de la Entidad Binacional Yacyretá.

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