Cargando...
En la edición XII Juegos Suramericanos Asunción 2022 estuvieron en competencia 34 deportes y 53 modalidades. Durante los 15 días de competición se esperó la llegada de atletas, provenientes de 14 países de América del Sur y el Caribe. Asimismo, el arribo de entrenadores y oficiales, árbitros, periodistas de 13 países y extranjeros a presenciar los juegos.
La consultora MF Economía e Inversiones realizó un estudio sobre el impacto económico en Paraguay del evento deportivo. El informe mostró una serie de efectos positivos en el engranaje económico del país.
Sobre el punto, la celebración de los juegos genera un aumento del turismo al comparar con los niveles habituales. Lo anterior implica gastos de alojamiento, alimentación, transporte y comercio minorista. Particularmente, para el área de restaurantes y hoteles, sectores más afectados durante la pandemia del covid-19, resulta de gran importancia la localía de los juegos. De hecho, hasta el año 2021, no se había recuperado totalmente del cierre económico que se presentó tras la implementación de las medidas asociadas a contener la crisis sanitaria mundial. Por lo cual, el mayor flujo de turistas coadyuvará a que retome el movimiento registrado en la prepandemia.
En línea con lo anterior, cabe recordar que el sector comercio, restaurantes y hoteles es el mayor empleador del país, al concentrar casi el 30% de la población ocupada (aproximadamente un millón de personas). Además, con los juegos se esperaba el impulso al sector que durante el 2022 estaba motorizando la actividad económica del país, ya que, ante un año de sequía, una parte importante de la economía se encontraba en fase contractiva.
El estudio de la consultora destacó que el gasto de los asistentes a los XII Juegos Suramericanos Asunción 2022 estimularía la actividad económica, al dinamizar directamente a los establecimientos en los que se efectúa el pago, e indirectamente a sectores proveedores insumos.
Otro tema abordado fue el régimen comercial de frontera, que para el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) las zonas transfronterizas son bisagras de desarrollo, debido a su potencial de mejorar el comercio intra y extrarregional, así como propiciar cadenas de valor novedosas de desarrollo integral. Por tanto, desde el organismo abogaban por un enfoque pragmático y orientado a resultados, que entienda las dinámicas comerciales reales del territorio, realice intervenciones multisectoriales y fomente la innovación en la gestión de planes de acción
En el mismo contexto, en las ciudades fronterizas de Paraguay con Brasil y Argentina, el turismo conocido como de compras, es decir, personas que ingresan o salen de estos países para adquirir determinados bienes, ha sido, por décadas, el motor económico de las zonas colindantes de Paraguay.
El mencionado modelo de especialización comercial permitió el despegue económico de una buena parte de Ciudad del Este y Pedro Juan Caballero, zonas caracterizadas, como ya se mencionaba, por un marcado dinamismo comercial proveniente de la triangulación, aunado a otras actividades y de un stock de población que genera su propio circuito económico vinculado a los servicios educativos, de salud, de consumo, entre otros.
De acuerdo con datos oficiales, existen ocho ciudades gemelas entre Paraguay y Brasil, siendo las principales: Ciudad del Este-Foz de Yguazú, que comparten una población de aproximadamente 600.000 habitantes. Otras ciudades consideradas gemelas son Pedro Juan Caballero-Punta Porá con más de 200.000 personas viviendo en ambas zonas fronterizas y Salto del Guairá-Guaira, que, en conjunto, suman alrededor de 70.000 habitantes. En tanto que en la zona fronteriza con Argentina, Posadas-Encarnación, comparten unos 600.000 habitantes. Solo en estas ciudades se mueven alrededor de 1.500.000 personas, tiempo atrás, atraídas fuertemente por el comercio del lado paraguayo, siempre conforme con las últimas estadísticas oficiales.
Desde hace años, el comercio fronterizo como importante polo económico del país ha sido tema de debate, sin acciones concretas, solo paliativas. Por tanto, en esta entrega, se remarcaba la necesidad de encontrar una política de intervención e interacción de todos los jugadores, Estado, empresas importadoras y distribuidoras que operan bajo el Régimen de Turismo para avanzar hacia otros modelos de negocios como la potenciación del sector servicios, considerando el punto estratégico de las ciudades gemelas. De esta manera, la oferta de frontera estará cargada de mayor variedad de atractivos con los consecuentes beneficios económicos para el país y de alguna manera se quebraría la alta dependencia existente a la dinámica de las economías de frontera.
Durante el último trimestre de 2022 se presentó igualmente el análisis denominado: Personas en condición de vulnerabilidad y el riesgo de la inflación.
Esta entrega se centró en un repaso de los Indicadores de Pobreza Monetaria elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La medición se basó en los resultados de la Encuesta Permanente de Hogares Continua 2021 (EPHC 2021) del cuarto trimestre, que revela una radiografía de la situación social y económica de la población en Paraguay en el segundo año de la pandemia, así como el eventual para los próximos años.
De acuerdo con la definición del Instituto Nacional de Estadística, la línea de pobreza extrema representa el costo monetario de adquisición de una Canasta Básica de Alimentos (CBA) y la línea de pobreza total, el costo monetario de adquisición de una Canasta Básica de Alimentos más el costo de adquisición de otros bienes y servicios no alimentarios considerados esenciales, constituyendo así, otro concepto más abarcador: la Canasta Básica de Consumo (CBC).
Conforme con los conceptos precedentes, los datos oficiales mostraron que, para el cierre del año 2021, una persona en el área urbana necesitó como máximo generar G. 312.187 mensuales para satisfacer sus necesidades alimentarias. Es decir, ese fue el ingreso mínimo “per cápita” que precisó un ciudadano urbano para no situarse en la denominada pobreza extrema. Entre tanto, para satisfacer otras necesidades adicionales a la alimentación, debió como mínimo generar unos G. 771.558 al mes. Así, un individuo requirió hasta un 15% más de ingresos mensuales para subsistir el año pasado con relación al 2020.
Mientras que una persona de las zonas rurales durante el 2021 necesitó G. 285.099 de ingresos mensuales para hacer frente a su necesidad más elemental: la alimentación. Si se considera, además, la cobertura de otras necesidades no alimentarias como la vestimenta, salud y vivienda, la necesidad de los ingresos se ubicó en G. 554.377.
En la prepandemia e incluso durante la crisis sanitaria, los precios no habían sufrido comportamientos alcistas y que pusieran en riesgo el esquema de metas de inflación vigente en el país. La situación cambió de manera considerable desde el segundo semestre del año 2021 cuando el fenómeno inflacionario no solo se registró en Paraguay, sino que el proceso se dio a escala global con la mayor afectación en los estratos sociales más vulnerables.
Estudios del Banco Mundial refieren que las personas en situación de pobreza extrema gastan alrededor de dos tercios de sus recursos en alimentos, mientras que la misma cifra para una persona con un ingreso diario de alrededor de US$ 50 (un ingreso típico en los países de ingreso alto) es cerca del 25%. Un ejercicio realizado por el mismo organismo estima que un aumento de un 1% en los precios de los alimentos disminuirá el ingreso real de este hogar en un 0,5% (excluyendo producción propia, cambio en los ingresos ni por sustitución de alimentos). Ello, suponiendo que un hogar gasta la mitad de sus ingresos en alimentos.
Si bien se ha demostrado que los hogares modifican sus patrones de consumo para atenuar el impacto de los precios más altos, la población de ingresos más bajos termina siendo la más afectada. Por tanto, este proceso inflacionario no solo agudiza las necesidades de miles de familias en condición de pobreza sino de otras con mayor vulnerabilidad. Y es en esta situación donde las políticas públicas bien focalizadas juegan un rol preponderante para resguardar mínimamente el bienestar de una parte importante de la población y evitar un aumento de la tasa de pobreza con impactos en el corto plazo.
En la edición sobre el comportamiento y perspectivas de la economía mundial y nacional, se mencionó que el escenario económico mundial enfrentaba una serie de condiciones adversas, lo que ha incidido de manera considerable en las proyecciones económicas. Desde una alta inflación solo registrada varias décadas atrás, complicaciones financieras en varios países, la incertidumbre que aún sigue generando el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania hasta los aún efectos de la pandemia.
El panorama económico en Paraguay se vio fuertemente impactado, sobre todo, por la importante retracción en la producción agrícola y las actividades vinculadas. La sequía afectó el principal cultivo del país, la soja, así como también al arroz, caña de azúcar, mandioca, y otros tubérculos. Así, la contribución al resultado del Producto Interno Bruto (PIB) fue de -2,9 pp., lo que evidenció que la economía entró en recesión técnica. En efecto, el PIB real registró una caída interanual de 3,4%.
Con ese resultado, al primer semestre del año, presentó una disminución interanual de 2,2%, de acuerdo con las estadísticas de cuentas nacionales del Banco Central del Paraguay (BCP) correspondientes al segundo trimestre de 2022 y cuyo análisis se encuentra en el Informe Económico de la Consultora MF Economía e Inversiones.
El reporte, elaborado de manera trimestral, presentaba las principales variables económicas analizadas para generar una síntesis del funcionamiento de la economía mundial, regional y sobre todo nacional, mediante una mirada actualizada a los sectores que impulsan el crecimiento económico. Además, el informe expone perspectivas y proyecciones económicas.
También contempló proyecciones para el 2023 en el marco de un efecto rebote asociado a resultados positivos que se proyectan para la campaña 2022/2023. Así, bajo ese escenario se estimó una producción de aproximadamente 10 millones de toneladas de soja, lo cual tendría un impacto favorable en la cadena agrícola (comercio; transporte; industria; sistema financiero).
El análisis completo de las publicaciones pasadas de este suplemento puede ser encontrado también en: www.mf.com.py
Pobreza
Estudios del Banco Mundial refieren que las personas en situación de pobreza extrema gastan alrededor de dos tercios de sus recursos en alimentos.
Alimento
Para el cierre del 2021, una persona en el área urbana necesitó como máximo generar G. 312.187 al mes para satisfacer sus necesidades alimentarias.
Impacto
El panorama económico en Paraguay se vio fuertemente impactado, sobre todo por la fuerte retracción en la producción agrícola y las actividades vinculadas.
Rezago
Los números de nuestro país señalan un fuerte rezago en cuanto al capital humano (educación y salud) de la población que incidiría en próximas generaciones.