Cargando...
Por ello, es gratificante ver que algunos trabajos ajenos utilizan estos datos e informaciones que luego se viralizan en las redes sociales y correos electrónicos. Sin embargo, una tesis, un trabajo práctico, un libro y otras publicaciones tienen, al final, una sección llamada de “bibliografía”. Omitirlo es una práctica muy mal vista en el mundo académico. No obstante, en un portal periodístico especializado como este suplemento, por una cuestión de espacio se permite incumplir dicha exigencia científica.
Pero es bueno recordar a los lectores que el “sistema” es muy celoso con sus informaciones. Conocer el salario de los empleados de Itaipú y Yacyretá, antes de la promulgación de la “Ley de Transparencia Administrativa”, era una utopía. Tuve un “despido injustificado” y cuatro sumarios en mi vida institucional de Itaipú por publicar hechos repugnantes del baronazgo.
Hace poco se lo sometió a otro empleado de Cajubi a un sumario por la sospecha de haber publicado un sobre de salario de un “super-director” de Itaipú, que, luego de ocupar 12 años el cargo se jubiló con el emolumento más alto de la Cajubi, y encima se lo “gratificó” por término de funciones con US$ 1,2 millones.
Con el tiempo se comprobó la inocencia del trabajador de la Cajubi. Lo que el sistema no sabe es que muchos informantes son, a veces, los propios directores, consejeros o altos gerentes.
Mi “impertinencia” por publicar en este espacio dicho abuso fue conocida en la época, eran tiempos terribles de la pandemia. También está publicado en el libro: “La deuda Social de Itaipú”, de mi factoría. No es fácil sacar una tabla oficial, una resolución, una Nota Reversal entreguista o alguna información sobre coimas, prebendas, algún nepotismo, un abuso de poder o cualquier corrupción pasiva o activa del “sistema”. Lo fácil es que te castiguen o te “congelen” por dicho atrevimiento.
La finalidad suprema de estos artículos es la utilidad pública; la más elevada pretensión que tienen los académicos, analistas e investigadores. Hasta los más “comunes” como yo tienen una historia inédita que contar, o alguna virtud que difundir. Solo buscamos un mundo mejor.
En este caso, las informaciones fueron presentadas por la Comisión de Entes Binacionales de la Cámara de Diputados bajo el título de: “Aspectos relacionados con la Revisión del Anexo C del Tratado de Itaipú – 2023″. Esta ponencia representa la coincidencia de muchos ideales sobre la soberanía energética y la concomitancia de anhelos posibles y verdaderos para nuestro futuro energético. Este trabajo, si no fuera por los progenitores naturales y legales, solo sería una letanía en el horizonte. Gracias a las redes sociales y a uno de los poderes del Estado, el Congreso, se ha sometido al escrutinio público. ¿Qué contiene el trabajo mencionado?
Pues varias propuestas matemáticas sobre mayores ingresos en las binacionales; varias verdades absolutas sobre la inequidad histórica y, finalmente, varias esperanzas reales sobre nuestro futuro energético. Contiene además el análisis jurídico del Tratado de Itaipú, especialmente sobre el concepto interesado y entreguista del vitaliciado e inamovilidad del mismo, desmentidos enfáticamente por los Artículos III, XXII y XXV.
El trabajo presentado por el diputado Fernando Oreggioni, presidente de la Comisión de Entes Binacionales, y el senador del Mercosur Ing. Ricardo Canese, es una visión desarrollista sobre la esclusa de navegación, en estos tiempos en que la Argentina nos reclama hasta por la navegabilidad de un río internacional. Esto no es nuevo, ya en el siglo XIX, nos cobraban alcabalas, gabelas y peajes, tributos obligatorios que estilaban las Provincias y Estados déspotas sobre los ríos fronterizos. Eso dio origen a batallas como la de Cerro Porteño (19 de enero de 1811) en las cercanías de la localidad de Paraguarí, del arroyo Caañabé y sus pantanos. Ese enfrentamiento tuvo un final feliz para el Paraguay, pero es un registro que no podemos olvidar.
Finalmente, aclaro que mi intención no es reclamar la paternidad de muchos escritos míos de ABC, sino el mayor aprovechamiento de los mismos. Por supuesto que, en países desarrollados, donde rige un estricto filtro académico en las universidades, muchas tesis no salvarían si no declaran sus bibliografías o contienen plagios. En países como el nuestro podrán decirme como en la cumbia: “Sorullo, no te quejes, el negrito es el único tuyo”.
Utilidad
La finalidad suprema de estos artículos es la utilidad pública; la más elevada pretensión que tienen los académicos, analistas e investigadores.
Utopía
Conocer el salario de los empleados de Itaipú y Yacyretá, antes de la promulgación de la “Ley de Transparencia Administrativa”, era una utopía.
(*) Ing. Agr., electricista, exasesor del director general paraguayo de Itaipú Binacional entre el 2008 y el 2012.