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Después de 17 meses, el índice de precios al consumidor (IPC) tuvo una caída o deflación en su comparación mensual, ya que la última vez que se produjo una variación negativa en el índice fue en abril de 2021, también del -0,1%. Este comportamiento se registró especialmente por la baja de precios en alimentos, energía y combustibles.

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De acuerdo al detalle dado por los técnicos, en el rubro alimentos se destacaron las disminuciones de precios de los productos lácteos como yogur y quesos; también en huevos, debido al repunte de la producción. También se observaron reducciones en valores de venta de aceites, de frutas y verduras. En contrapartida, algunos bienes alimenticios registraron incrementos en sus precios, como la carne vacuna, debido al menor volumen de faenamientos. También las harinas siguen encareciéndose y terminan impactando en panificados y pastas.

Igualmente, se concretó la reducción del costo de suministro eléctrico como consecuencia del “acuerdo entre las entidades Itaipú y ANDE”, que consistió en la reducción del 25% del valor del consumo de energía eléctrica a usuarios residenciales hasta 1.000 kw, que entró en vigencia en setiembre y se extenderá hasta diciembre próximo. En setiembre, el costo del servicio de suministro eléctrico presentó una reducción del 10% en comparación al mes anterior (agosto) con una incidencia del -0,3% en el resultado del mes.

Respecto a los bienes derivados del petróleo se registraron leves disminuciones de precios en nafta común, nafta súper y en el gas de uso doméstico por la baja en la cotización en el mercado internacional. La caída fue de apenas G. 150 por litro y se espera que se den más rebajas, aunque por ahora no hay nada concreto. Se aguarda, igualmente, una mayor desaceleración en precios de combustibles, aunque todavía persiste la incertidumbre mundial sobre el contexto económico que pueda afectar los precios de estos bienes.

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