La culpa es nuestra

Cuando me preguntan qué podemos hacer en Itaipú para recuperar nuestra soberanía, mi mente se diversifica en varias respuestas: la primera se enmarca dentro de lo jurídico. Es porque un grupo de abogados paraguayos, bajo la excusa de que la Itaipú es un “ente de derecho público internacional”, lo quieren desencajar del dominio del Estado. En este caso existe una sola respuesta tajante: pacta sunt servanda.

Luis María Fleitas Vega (*)
Luis María Fleitas Vega (*)GENTILEZA

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Es que, haciendo un mínimo esfuerzo de estudiante de derecho o economía, y recurriendo al Tratado, veremos de punta a pértigo que existen artículos, cláusulas y numerales que aclaran meridianamente nuestra soberanía. ¡Increíble cómo toda una dirección jurídica, en su malsana abyección histórica, solo defendió el oscurantismo medieval o cualquier interpretación a favor de los intereses del Brasil!

Muchos de estos leguleyos, apoyados por otros externos y contratados como “asesores”, han defendido las gruesas murallas de la binacionalidad casi como la frontera de un principado. Los monstruos a los que debían repeler, denostar o descalificar siempre han estado en la oposición paraguaya. Cualquiera que busca la transparencia, sea político, técnico calificado, jurista de peso internacional o economistas de talla mundial como Jeffrey Sachs, han sido desconocidos. Inclusive un acuerdo internacional firmado por dos presidentes: Fernando Lugo y Lula Da Silva y ratificado por sus congresos han sido ninguneados. ¡Poderoso caballero es Don Dinero!

La otra respuesta se enmarca dentro de lo económico. Vea el lector que la Itaipú cancelará sus cuentas de la construcción civil y montaje electromecánico ya en setiembre del 2022, gracias a algunas maniobras financieras que se hizo bajo la administración James Spalding. Eso permite, a partir de ese tiempo, que la tarifa se pueda reducir aproximadamente un 63%. Pero los ingenuos olvidan que hasta ese momento la mayor parte de esos US$ 600 millones de diferencia la disfrutará el mayor demandante de la energía. ¡Exactamente!, Brasil. Se supone que Paraguay, si se cumple el pacta sun servanda, debería recibir solo el 20% de ese costo menor; es decir 120 millones de dólares, acorde con la energía contratada por ambas márgenes.

Que el Paraguay consiga por fin convertir Itaipú en buen negocio no depende de las plegarias al Brasil.
Que el Paraguay consiga por fin convertir Itaipú en buen negocio no depende de las plegarias al Brasil.

¿Dónde está el negocio para el Paraguay entonces? Si dejamos de ser mendicantes, pillos y peajeros, deberíamos estar gestionando negocios para subastar potencia (o vender energía) al mercado brasileño. El excedente paraguayo, es decir la energía no consumida por el mercado nacional, multiplicado por un precio razonable del mercado brasileño nos dará una enorme renta. ¡Somos tan brutos o nos hacemos! Nuestros representantes del consejo y el directorio se dejan sodomizar por migajas; ¡o ya les está gustando la sodomización! ¡Esto se debió iniciar hace dos años como mínimo!

Mi tesis en estos 21 años de pensamientos públicos y más de 450 entregas como artículos, libros, tesis y conferencias públicas, es que la culpa siempre ha sido nuestra. Los entreguistas y claudicantes son paraguayos. El Brasil está defendiendo magistralmente sus intereses. Muchos dirán que son imperialistas, hegemónicos, desalmados, salvajes, etc. ¡Sí, pero porque nosotros lo permitimos!

Olvidamos que nuestra independencia lo logramos en 1811; dejamos de lado, además, el holocausto de la Guerra Grande y la defensa heroica del Chaco paraguayo ¿Qué nos pasa? Desconocemos a las NN.UU., el concierto internacional de naciones libres y soberanas, y el ejemplo de grandes estadistas como Evo Morales y Omar Torrijos, quienes lograron las soberanías del gas boliviano y del Canal de Panamá. ¿Quiénes le están mintiendo o mal asesorando al presidente Mario Abdo Benítez? Una manga de pusilánimes, avaros e inútiles, rentados por salarios de reyes y prerrogativas de cardenales.

Sr. presidente, tenga Ud. la honra de defender la sagrada misión que le queda como mandatario de la república y concédale una última dignidad a su castigado partido. Sabemos que está rodeado de maleantes, narcotraficantes y mercenarios, pero haga un último esfuerzo. Dios y la patria lo mirarán con buenos ojos.

Conclusión: Para hacer un buen negocio en Itaipú no hace falta rogar al presidente brasileño, más aún después de todos los desplantes diplomáticos, sino ejercer nuestra soberanía económica. Las cuestiones técnicas, jurídicas y administrativas son detalles nimios, o excusas ridículas bien rentadas por los maletines invisibles, suponemos.

Ingenuos

... Pero los ingenuos olvidan que la mayor parte de esos US$ 600 millones de diferencia la disfrutará el mayor demandante de la energía: ¡Brasi!

Ejercer

Para hacer un buen negocio en Itaipú no hace falta rogar al presidente brasileño, más aún después de todos los desplantes diplomáticos, sino ejercer nuestra soberanía económica.

(*) Ingeniero Agrónomo, MsC en Planificación y Conducción Estratégica Nacional y Desarrollo. Ex Asesor del DGP, IB

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