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Cómo prevenir alergias otoñales
El otoño trae un aumento en la cantidad de alérgenos como el polen y las esporas de moho, que pueden desencadenar alergias. Identificar qué desencadenantes nos afectan más puede ayudar a evitarlos.
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Entre las medidas preventivas te sugerimos mantener las ventanas cerradas para reducir la entrada de polen y moho al hogar, el uso de purificadores de aire que ayudan a eliminar los alérgenos en interiores, cambiarse y ducharse después de pasar tiempo al aire libre, ya que esto puede evitar que los alérgenos se acumulen en la piel y la ropa.
Para estas alergias existen tratamientos con antihistamínicos y vacunas contra las alergias, una opción para aquellos con alergias persistentes.
La importancia de la hidratación en otoño
Aunque las temperaturas más frías del otoño pueden hacer que no sintamos tanta sed, es crucial mantener una buena hidratación. Un ambiente seco puede deshidratar la piel y las mucosas.

¿Y cómo podemos mantenernos hidratados? Lo ideal es beber agua regularmente sin esperar a sentir sed; recurrir a infusiones calientes, que pueden ser reconfortantes y ayudan a la hidratación; así como consumir frutas y verduras, especialmente alimentos ricos en agua, como peras, manzanas y calabazas.
El ejercicio en otoño: cuáles son los ideales
El otoño ofrece un entorno perfecto para diversas actividades como las caminatas y el senderismo. Aprovechá el clima un poco más fresco y los paisajes cambiantes para un reconfortante paseo en pareja o con amigos.
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El yoga en interiores también es ideal para cuando el clima es frío o lluvioso. Con un poco de incienso y música relajante, mejor.
También te recomendamos el ciclismo. Disfrutá de un paseo en bicicleta, pero considerá vestirte en capas por si baje o aumente un poco la temperatura.

Recordá siempre que la actividad física regular tiene muchos beneficios, como el fortalecimiento del sistema inmunológico, ya que ayuda a combatir los resfriados comunes en esta época.
Además, hacer ejercicios mejora el estado de ánimo, y reduce el riesgo de depresiones estacionales gracias a la liberación de endorfinas. ¿Quién necesita más motivación que esta para empezar a moverse?
Cuidado de la piel: empezá la protección contra el frío
Las temperaturas más bajas pueden secar la piel, por lo que es importante adaptar tu rutina de cuidado de la piel. Lo ideal es optar por hidratantes ricos, como las cremas más densas, para proteger tu epidermis.

No dejes de lado el protector solar, ya que los rayos UV pueden ser perjudiciales, incluso en otoño. Además, recurrí a una exfoliación suave una vez por semana para eliminar células muertas, ya que esto permite una mejor absorción de productos hidratantes.
Cuidar de nuestra salud en otoño implica adaptar algunas rutinas para afrontar el cambio climático. Cada pequeño ajuste, desde prevenir alergias hasta mantenerse hidratado y activo, contribuye a un bienestar integral durante esta temporada.
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Mantenerse proactivo en el cuidado personal no solo ayuda a prevenir enfermedades comunes, sino que también promueve un estilo de vida saludable y equilibrado. Este enfoque desde varios ángulos debe incluir una alimentación adecuada también.
Cómo alimentarse en otoño y por qué
Durante el otoño, el cuerpo necesita prepararse para el invierno, lo que supone aumentar nuestra resistencia y fortificar el sistema inmunológico.
Las temperaturas empiezan a bajar y la incidencia de enfermedades respiratorias aumenta, lo cual hace esencial acondicionar nuestro cuerpo mediante una dieta balanceada y rica en nutrientes.
Optar por productos de temporada no solo garantiza frescura y sabor, sino que también aporta al cuerpo los nutrientes específicos que necesita en este momento del año.
Te recomendamos consumir vegetales de raíz, como zanahorias, remolachas, nabos y batatas, ideales para el otoño. Estas raíces ayudan a estabilizar los niveles de azúcar en la sangre y son cálidas y reconfortantes al consumir.
Te sugerimos incorporar calabazas y zapallos en tu dieta. Estos son ricos en antioxidantes y vitamina A, ayudan a mejorar la salud ocular y refuerzan el sistema inmunológico. Son versátiles y se pueden incorporar en sopas, guisos y purés.
Frutas otoñales como las manzanas y peras, que ya mencionamos para la hidratación, no solo son deliciosas, también están cargadas de fibra y antioxidantes, lo que ayuda en la digestión y el sistema inmunitario es fortalecido.
No olvides consumir proteínas y granos. Incluir proteínas magras como pollo y pavo ayuda a mantener el nivel energético, mientras se refuerzan los tejidos corporales. También son una excelente fuente para desarrollar músculo, lo cual es crucial al preparar el cuerpo para el invierno.
En cuanto a las legumbres y granos integrales, las lentejas, garbanzos y quinoa son opciones excepcionales. Estos alimentos son ricos en fibras y proteínas vegetales, brindan saciedad y son perfectos para guisos y sopas cálidas.
Por otro lado, el uso de especias, como el jengibre, la canela y la cúrcuma, no solo aporta sabor, sino que también estas tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Estas especias ayudan en la regulación del metabolismo y la mejora del sistema inmunitario.