La Patria en una plaza

“Aquí se encontraba la antigua Casa de Gobierno. En ella se rindió Velazco en 1811 y gobernó Francia hasta 1840. Se demolió a comienzos del XX”, reza la placa ubicada en el monolito de la Plaza de Armas. Encima un montón de velas encendidas y atrás la multitud que reclama el respeto a la Constitución y la República. 

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La imagen se vio el lunes a la noche y las velas quedaron allí, entre encendidas y apagadas y vueltas a prender cada día.

Un poco más hacia la Catedral se levanta un obelisco, uno de los más hermosos monumentos del Centro Histórico de Asunción dedicado a “La Libertad” y que precisamente está dedicado a la primera Constitución del Paraguay, la de 1870. “La más antigua escultura en un espacio público es la que recuerda la sanción de la Constitución de 1870 erigida rematando una columna e inaugurada en 1873. El monumento está concebido según los cánones y las ideologías imperantes en la época”, cuenta el periodista Luis Verón. 

Las cadenas, los cañones de la antigua batería de San Jerónimo y el hecho de tener en la piedra fundamental el acta del juramento de la Constitución de 1870 le dan mayor simbolismo patriótico. 

Dos detalles trascendentes son: La Libertad muestra el rollo de la constitución hacia el Este, “donde nace el sol, fuente de vida” y la piedra fundamental del obelisco resguarda el acta de juramento de la Carta Magna de 1870. 

Diseñada por el Cnel. austrohúngaro Francisco Wisner de Morgenstern y construida bajo dirección del ingeniero polaco Roberto Chodasiewiecz, por obra de la casualidad o no, el monumento fue inaugurado un 3 de febrero de 1873, por el gobierno de Salvador Jovellanos. 

“Me es satisfactorio celebrar la inauguración de esta columna y que este monumento recuerde en adelante los días más gloriosos de la Nación”, dijo Jovellanos en su discurso, refiere el libro Historia Edilicia de la Ciudad de Asunción. Agrega que “durante muchos años el lugar obligado de todas las reuniones de la ciudadanía fue la Plaza Constitución (nombre adoptado en 1870 año en que quedó atrás su viejo nombre “14 de Mayo”). Prácticamente era el único lugar conocido de reuniones para las inquietudes nacionales. Nunca existió otro escenario”. 

En el centro se ubica la Plaza Juan de Salazar con la estatua del fundador y las cruces que recuerdan a los mártires del Marzo Paraguayo. Los edificios que rodean al conjunto no son menos importantes para el país: la Catedral, el Cabildo y el Congreso de la Nación. 

La Plaza de Armas había ido quedando olvidada con las represiones de la tristemente célebre Policía de la Capital del tirano. Y pareciera obra del destino, los paraguayos salimos de la opresión un de 3 febrero de 1989, en el aniversario de la inauguración del monumento a la Libertad. 

Con las últimas manifestaciones en vigilia por la democracia, las plazas de Armas y Constitución más que nunca merecen todas las atenciones y la permanencia de los paraguayos. Es el alma del patriotismo y la paraguayidad. Que se siga escuchando desde allí los gritos de “No al Golpe” y “Rodrigo Vive!” porque así lo reclama la historia.

pgomez@abc.com.py

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