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El donante fue internado el miércoles en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Materno Infantil de Calle’i. En horas de la noche de ese día fue diagnosticado con muerte cerebral, a raíz de un accidente cerebrovascular hemorrágico masivo, con daños irreversibles. Una vez constatada la condición del paciente, se informó a los familiares y se les planteó la posibilidad de la donación de órganos, a la que accedieron sin inconvenientes.
Inmediatamente, se comunicó la situación al Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT) y se coordinó la ablación y el destino de los órganos. La intervención se llevó a cabo a las 20:30, con la participación del Dr. Agustín Saldívar, del INAT; Dr. Santiago A. García Destéfano, director médico del Hospital de Calle’i; y Dr. Horacio Paredes, ayudante; además de la Lic. Cinthia Duré. Los órganos extraídos fueron los dos riñones, llevados al Hospital de Clínicas para su trasplante, y las dos córneas, destinadas a la Fundación Visión.
“El Dr. Agustín Saldívar y todo su equipo terminaron a las 22:00 y esperando el cross-match, que es la histocompatibilidad. Vinimos aquí a Clínicas a esperar el resultado. Enviamos a tres pacientes y a las 0:30 de la noche nos avisan que había dos pacientes compatibles, uno de 23 años y otro de 50 años, entonces empezamos los trasplantes simultáneos”, comentó la Dra. Norma Arévalos, una de las nefrólogas que participaron en las cirugías. Los dos pacientes salieron del quirófano en horas de la mañana e ingresaron a terapia intensiva y hasta ahora están con muy buena evolución ambos, dijo la profesional.
Explicó además que “no todos los pacientes son compatibles. Hay pacientes que tienen el anticuerpo contra el panel que llamamos PRA. Uno de los pacientes que enviamos salió con 5% positivo, entonces entraron los que tenían 0 de anticuerpos. Si sale positivo, hay posibilidad de rechazo, entonces no se acepta al receptor ni al donante y es un tema bastante delicado que hay que respetar porque el trasplante puede fracasar”, señaló.
Ignacio Salinas, padre del paciente trasplantado de 23 años, dijo que tomaron con sorpresa la posibilidad del trasplante. “Mi hijo vive en Reducto y yo en Barrio Obrero, en el sector de Santa Ana y ahora estoy en el campamento de refugiados para damnificados. Él se dedicaba al fútbol y a los 19 años empezó a enfermarse y a partir de los 20 inició su diálisis”, comentó.
Alejandro Medina, hijo del trasplantado de 50 años, comentó que la familia está muy feliz, porque su padre dejó el trabajo de chofer por causa de su problema renal y ahora tienen la esperanza de que todo mejorará.