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CAACUPÉ, Dpto. de Cordillera (Desiré Cabrera, de nuestra redacción regional). Monseñor Guillermo Steckling afirmó que la indiferencia de las personas ante la injusticia y la violencia es el peor mal comparando la guerra y la corrupción. “Con una mezcla de ingenuidad y cobardía, pensamos que no nos toca a nosotros y preferimos no intervenir”, expresó.
Fue en la misa de las 07:00 del quinto día del novenario en honor a la Virgen de los Milagros de Caacupé.
El monseñor indicó que el papa Francisco quiere constructores y protagonistas de la historia. “No balconeen la vida, métanse en ella, dejen el sofá, el comodismo y salgan a la calle. No pasen indiferentes por la vida, no sean autómatas de la tecnología, úsenla para vivir mejor y no para esconderse de la realidad”, expresó ante la multitud de feligreses presentes en la explanada de la Basílica.
Especificó que la Iglesia no quiere presionar y menos instrumentalizar a los jóvenes, sino quiere que despierten a lo esencial para poder enfrentar los cambios.
El prelado dijo que hay que dejar de lado la indiferencia. “Basta de tantas noticias que miramos desde el balcón, de nuestra televisión o celular. Dios quiere que todos sean agentes de transformación”, señaló.
Agregó que ser activos en el cambio está al alcance de la gente común. No hace falta ser especialistas para comenzar.
El obispo indicó que actualmente se viven cambios profundos, “da lástima ver disminuir el campesinado. Saber que tierras con títulos superpuestos se venden dos veces y los más débiles son desalojados. Además de encontrar indígenas en condiciones infrahumanas.
Añadió que da pena ver a jóvenes que no estudian ni trabajan, familias que se dejan seducir por la ganancia fácil que les ofrecen los narcotraficantes, convirtiéndose de esa manera en cómplices de este flagelo que está destruyendo la sociedad paraguaya.
Finalmente, indicó que existen muchas formas de actuar como hablar con alguien que necesita amistad, quitar la basura u organizar una actividad para un enfermo.