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CIUDAD DEL ESTE (De nuestra redacción regional).-Como es habitual en sus sesiones, los concejales colorados Nery Jara (zacaraiista) y Lilian González (opositora) protagonizaron un lamentable espectáculo ayer. Cuando Jara, en su carácter de presidente de la Junta, se disponía a dar inicio a la sesión, González le pidió que le dé uso de palabras para solicitar copias de la nota remitida por la intendenta Sandra McLeod, en la que esta explica el atraso de los pagos de salarios a funcionarios y dietas a los ediles.
El informe fue leído en la sesión anterior y en la ocasión González había pedido copia del documento. Luego afirmó que pasó peripecias en la secretaría general y en las comisiones asesoras en la búsqueda infructuosa de contar con un duplicado de la citada nota.
En ese momento, Jara le explicó que no le concedía la palabra y que la peticione durante el tratamiento de asuntos varios. Ambos comenzaron a hablar en un mismo momento. La concejala gritaba que no permitirá que se inicie la lectura del orden del día antes de que se le brinde una respuesta; en tanto, el presidente de la corporación legislativa insistía al secretario general que lea el orden del día y este último procedió.
En un momento dado, la concejala Aida Molinas, también zacariista, se metió en la discusión diciendo a su colega Lilian González que no puede exigir respeto porque su marido (Nelson Aguinagalde) no le respetó a nadie cuando robó, refiriéndose al resultado de la auditoría que detectó irregularidades durante su gestión como gobernador del Alto Paraná.
Las discusiones terminaron solo después de que el secretario general diera uso de la palabra al escritor César Rolón, quien solicitó auspicio para trasladar sus libros editados a Chile de Paraguay.
Sin atención
Durante el resto de la sesión, casi todos los concejales estuvieron distraídos con sus respectivos teléfonos celulares, pese a que estaba en juego la aprobación de adjudicaciones de obras para hermoseamiento de plazas y asfaltado de calles por más de G. 11.000 millones.
Una de las obras fue concedida a la empresa Río Paraná SA para pavimentar con asfalto, bachear y empedrar calles del barrio Ciudad Nueva, por G. 1.622 millones. La única que se opuso fue la concejala Gónzalez, a quien Nery Jara le cedió el uso de la palabra con la advertencia de que si no respetaba el orden del día podría ser sancionada. La edil pidió la lectura de las especificaciones técnicas de la obra, a lo que su colega Isaías Álvarez respondió que por el poco tiempo no se puede dar lectura completa a todos los dictámenes, que tiene una semana para revisar los documentos.
Finalmente, se dio la aprobación de la mayoría con voto disidente de González, fundamentando que no se menciona la cantidad de metros cuadrados de la obra ni la ubicación exacta de la misma.
Posteriormente, aprobaron otras adjudicaciones para el hermoseamiento de plazas por valor de G. 10.796 millones. Las empresas adjudicadas son: Constructora Lainus, para el hermoseamiento del parque verde, por G. 810.250.520, y la plaza Van Aaken por G. 635.399.498. La empresa María Ana Construcciones fue adjudicada para hacer mejoras en la Plaza de la Paz, por G. 369 millones y en el Parque Chino por G. 707 millones. Por último y la más jugosa de las adjudicaciones aprobadas por la Junta es para la empresa Alpes, para el mejoramiento de la plaza Alejo García por G. 8.273 millones.
El concejal Gustavo Ruiz Díaz, uno de los que dictaminaron a favor de la aprobación, refirió que en el primero de los casos será financiado por Fonacide y las obras de las plazas por los royalties y fondos propios. El concejal Atilio Alegre votó en contra, pues dijo que la fuente de financiación no pueden ser los recursos de Fonacide. Luego Jara aclaró que los fondos eran de los royalties y no del Fonacide. En tanto, el liberal Nelson Maidana cuestionó el elevado monto para mejoras de plazas.