Asuncenos no se merecen el calamitoso estado de su ciudad

Desde hace años, la “madre de ciudades y cuna del primer grito de libertad en América” se halla en un estado catastrófico, tanto urbanística como administrativamente. En lo que a este último aspecto atañe, la gestión de Óscar “Nenecho” Rodríguez (ANR, cartista), continuada por Luis Bello (ANR, cartista), quien como edil consintió sus notorias irregularidades, llegó a extremos castigados en el Código Penal y resumidos en gran medida en el severo informe conclusivo del interventor Carlos Pereira. Más allá de la desidia y de la ineptitud, el desastre financiero generado por la deshonestidad y el exceso de asalariados impiden que la Municipalidad brinde buenos servicios a los vecinos y dote a Asunción de obras de infraestructura necesarias. Los asuncenos tienen derecho a vivir en una ciudad mucho más acogedora. De ellos depende, en última instancia, que el intendente y los concejales cumplan con su deber de hacerlo posible.

Desde hace años, la “madre de ciudades y cuna del primer grito de libertad en América” se halla en un estado catastrófico, tanto urbanística como administrativamente. En lo que a este último aspecto atañe, la gestión de Óscar “Nenecho” Rodríguez (ANR, cartista), continuada por Luis Bello (ANR, cartista), quien como edil consintió sus notorias irregularidades, llegó a extremos castigados en el Código Penal y resumidos en gran medida en el severo informe conclusivo del interventor Carlos Pereira. Más allá de la desidia y de la ineptitud, el desastre financiero generado por la deshonestidad y el exceso de asalariados impiden que la Municipalidad brinde buenos servicios a los vecinos y dote a Asunción de obras de infraestructura que estén a la altura de su capitalidad.

No hay dinero, ni siquiera para el pago de los aportes a la Caja de Jubilados y Pensionados del Personal Municipal, hasta el punto de que los funcionarios municipales del interior del país están subsidiando a los jubilados y pensionados asuncenos. Obviamente, la quiebra técnica se refleja en el estado de la ciudad, según muestra este somero repaso: hay hediondos vertederos “clandestinos” que obstruyen el tráfico; abundan malezas, baldosas rotas y registros subterráneos abiertos en diferentes lugares de la capital; las malezas también se observan a lo largo de la Avenida Costanera Norte, cuyos predios aledaños el actual intendente quiere malbaratar como su antecesor; los sempiternos baches, las plazas y los parques abandonados, así como la corrupta presencia de la Policía Municipal de Tránsito, se suman al deplorable paisaje urbano. Los dueños son responsables de limpiar los baldíos convertidos en criaderos de alimañas y los frentistas de cuidar las veredas destrozadas, pero la indolente Municipalidad no les multa; tampoco se ocupa de la polución sonora, que también afecta la calidad de vida.

Más allá de lo que hagan o dejen de hacer el intendente y los concejales, tampoco se ve la acción del defensor municipal Óscar David Rodríguez, el cuñado de Nenecho, que a veces traslada a los concejales pedidos tales como levantar una “lomada”, podar árboles y limpiar avenidas; de hecho, su existencia pasa absolutamente desapercibida para el común de los asuncenos. Tal como se ven las cosas, como no hay mucho que esperar del actual intendente y de la gran mayoría de los ediles, solo resta aguardar que la situación cambie a partir del próximo año, para lo cual será necesario que el electorado recuerde el pésimo desempeño de Nenecho y de su sucesor, así como el de la vergonzosa mayoría de la Junta Municipal que lo respaldó.

Sería penoso permitir con el voto que esta tristísima historia se repita, esto es, que el Palacete Municipal siga siendo el escenario de fechorías diversas contra el interés de la población capitalina de contar con obras de infraestructura y servicios públicos que les permitan enorgullecerse de la ciudad. Para ello, habrá que informarse de la calidad moral e intelectual de los candidatos que estarán en pugna, pues sería lamentable volver a tropezar con la misma piedra. Esa piedra estuvo marcada por la indecencia, la ineficacia y la desidia, que produjeron los resultados aún padecidos. Hace cuatro años, el impresentable Nenecho fue elegido entre otras cosas porque se había hecho popular gracias a un programa televisivo en el que bailaba. Así les fue a los asuncenos.

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Asunción no debe seguir siendo maltratada por su intendente ni por sus munícipes. Al fin y al cabo, todo depende del voto ciudadano que, como se ha visto en Ciudad del Este, puede resultar alentador para quienes repudian la “vieja política”, tan bien representada por el acusado de lesión de confianza en el caso de los “detergentes de oro” e investigado en el de el descomunal desvío de lo que se recaudó mediante la emisión de bonos.

Los asuncenos tienen derecho a vivir en una ciudad mucho más acogedora. De ellos depende, en última instancia, que el intendente y los concejales cumplan con su deber de hacerlo posible. La capital del Paraguay debe liberarse de los “políticos” comunales que han venido arruinándola, saqueando la Municipalidad en provecho propio y del clientelismo parasitario. La limpieza urbana, el tráfico fluido, los espacios verdes bien cuidados, las veredas bien dispuestas para caminar, entre otras condiciones deseables, solo serán realidades cuando la Intendencia y la Junta Municipal estén en buenas manos y la participación ciudadana sea efectiva.