“Estamos aquí haciendo lo que el presidente Santiago Peña nos pide”. La frase se disparó ayer de boca de Sara Irún Sosa, ministra de la Secretaría de Defensa del Consumidor (Sedeco), acompañada por Jorge Ilou, de la Dirección Nacional de Vigilancia Sanitaria (Dinavisa), para anunciar un hecho sin precedentes: el cierre temporal de toda la cadena de minimercados Biggie, donde el grupo Zuccolillo –propietario del grupo ABC– es inversionista.
La justificación oficial: en una docena de locales se hallaron supuestamente productos vencidos y reetiquetados. La consecuencia real: unos 263 minimercados cerrados en unas 31 ciudades en todo el país, más de 5.300 empleados con su sustento amenazado, y una importante red de proveedores y distribuidores en peligro.
Lejos de aplicar sanciones previstas por ley para casos puntuales, el presidente ordenó clausurar la totalidad de los comercios, castigando a la cadena entera por supuestas irregularidades que dicen haber comprobado en CINCO días, incluidos sábado y domingo pasados, días generalmente no laborales para el sector público de una institución que dice trabajar de 7:00 a 13:00. Esta situación nunca antes vista en el comercio en el país dinamita los anuncios de “seguridad jurídica” que Peña repite como disco rayado ante inversores y organismos internacionales.
No es una sospecha: Sara Irún Sosa confirmó ayer en conferencia de prensa que la orden fue dada por el propio presidente Santiago Peña. No es irrelevante recordar que Irún fue ascendida a ministra de la Secretaría en noviembre del 2023, después de que su pareja, Patricio Vallejos Riart, se convirtiera en “investigador” de Seprelad para las supuestas filtraciones de los informes sobre el expresidente Horacio Cartes. Pero por si se necesita reforzar la memoria, los “CUIDADITO ABC COLOR” de un furibundo presidente de la república molesto por publicaciones sobre sus negocios y su mansión, todavía resuenan en la memoria colectiva.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Si alguien necesita más pruebas de cómo el Gobierno de Santiago Peña dibujó este feroz apriete para acallar un medio de comunicación, torpemente dejaron los indicios de cómo se han movido: como elefante dentro de una cristalería. Según una gacetilla de la misma Sedeco, “este operativo comenzó con la cadena BIGGIE SA a partir de múltiples denuncias ciudadanas recibidas en redes sociales, que derivaron en fiscalizaciones realizadas entre el 7 y el 12 de agosto en varias de sus sucursales”. Es decir, ayer, cuando anunciaban el cierre de la cadena de 263 locales, todavía estaban inspeccionando y para la tarde ya anunciaban el cierre, basados en “denuncias de redes sociales”, todo consumado en 48 horas.
Bravuconería y abuso de poder son condimentos con los que hemos aprendido a vivir en dictadura, y claro, en todos y cada uno de los gobiernos de la democracia en Paraguay. Este es un ataque calculado para golpear a un medio crítico, es la demostración de que bajo el barniz democrático se esconde una maquinaria que manipula el marco legal como arma de intimidación económica y política.
Que se enteren todos, desde Santiago Peña para abajo, incluyendo todos los que se arrodillan al bastardeo de la ley para ser rastreros de su prepotencia, grande se equivocan si piensan que nos amilanarán con medidas financieras autoritarias, despóticas e irracionales para ahogar nuestras publicaciones y denuncias. La historia de ABC Color se ha construido sobre un doloroso derrotero donde se ha defendido indubitablemente la libertad de prensa y de expresión garantizadas por la Constitución Nacional; estamos convencidos de que estos valores no se negocian ni se renuncia a defenderlos aún con las arteras medidas que Peña y su Gobierno van intensificando.
Señor Presidente, está profundamente equivocado si cree que el miedo a la asfixia económica puede sepultar nuestras denuncias y reclamos, nuestros deseos de un país mejor. Los valores que están en juego en la República del Paraguay fueron defendidos por nuestro medio de comunicación aún antes que usted naciera y para que usted también viviera en un país donde las palabras justicia, libertad e igualdad tengan el mismo significado para todos los paraguayos.
Que llegue hoy, como ayer y como siempre, un mensaje alto, claro, fuerte y firme:
EN ABC COLOR, NO NOS VAMOS A CALLAR.