Mientras Nenecho canta, Asunción se desmorona y no aparece la plata

El homenaje rendido a José Asunción Flores en la plaza capitalina que lleva su nombre y el de Manuel Ortiz Guerrero tuvo un escenario que se hallaba en un estado tan deplorable como el de la ciudad capital en que está asentado. El aspecto del lugar donde se alza una escultura a su memoria obligó al representante del ateneo cultural organizador del acto, José Antonio Galeano, a pedir a la Municipalidad que el sitio sea siempre atendido. No puede haber un buen Gobierno cuando la negligencia es tan grosera como parece ser también la corrupción. Basta ya de tantas desgracias gestadas en el Palacete Municipal, ante la impotencia de sus víctimas, que aún ignoran adónde fueron a parar los 500.000 millones de guaraníes, que deberán devolver a los prestamistas, con intereses. En este grave marco, las “serenatas” que vienen ofreciendo el intendente y su esposa constituyen una burla a los asuncenos.

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El homenaje rendido a José Asunción Flores en la plaza capitalina que lleva su nombre y el de Manuel Ortiz Guerrero tuvo un escenario que se hallaba en un estado tan deplorable como el de la ciudad capital en que está asentada. El aspecto del lugar donde se alza una escultura a su memoria obligó al representante del ateneo cultural organizador del acto, José Antonio Galeano, a pedir a la Municipalidad que el sitio sea siempre atendido: “El monumento al maestro, obra maravillosa del gran Hermann Guggiari, merece respeto y dedicación”, expresó.

Duele decirlo, pero fue mucho pedir al intendente de los 500.000 millones de guaraníes con paradero desconocido, Óscar “Nenecho” Rodríguez, a quien el 15 de agosto se le ocurrió canturrear con su esposa, la senadora Lizarella Valiente (ANR, cartista), el tema musical “Mi Asunción, mi ciudad”, que publicaron en sus redes sociales. En realidad, ambos al parecer residen en Lambaré, de modo que pueden librarse en cierta medida del malestar diario que supone soportar las calles llenas de baches, las basuras no recogidas y las plazas abandonadas, entre otras miserias asuncenas. Inmunes a las críticas recibidas en su primera “serenata” a los asuncenos, el dúo “Nenecho-Lizarella” repitió la experiencia con motivo del Día de la Guarania, pero limitaron los comentarios seguramente para evitar algunos “piropos” por parte de los internautas.

Conste que al acto de homenaje al creador de la guarania asistió como invitada Marcela Bacigalupo, la directora de Cultura y Turismo de la Municipalidad. No obstante, las flores metálicas que integran la escultura que tenía a la vista estaban cubiertas de tierra y hojarascas. Vale apuntar el detalle porque revela hasta qué punto llega la desidia municipal, incompatible con el fomento de la cultura y del turismo, como bien lo sabrá la directora encargada de dichas áreas.

No puede haber un buen Gobierno cuando la negligencia es tan grosera como parece ser también la corrupción. Para peor, la chapucera administración comunal acusa a los propios vecinos de sus desventuras urbanas, insinuando que no existirían si la evasión tributaria no fuera tan elevada. Si los ingresos resultan insuficientes, es por la ineptitud y la corruptela del órgano perceptor, por el prebendarismo reflejado en los nueve mil asalariados y por la creencia bien fundada de que el dinero de los contribuyentes no será invertido en obras ni en servicios, como lo ha vuelto a demostrar el enorme escándalo de los bonos, sobre los cuales, al parecer, el intendente y la mayoría de los concejales ya decidieron echarle un manto de impunidad. En estas condiciones, el grotesco personaje que funge de intendente no tiene autoridad moral para exigir que la población se ponga al día, aun cuando sea su obligación estar al día con sus impuestos y tasas.

Se espera que el Ministerio Público no dé largas a la causa abierta a Nenecho sobre el delito de lesión de confianza, pues la Contraloría General de la República ya ha hecho parte del trabajo en el repugnante asunto de los bonos para obras de infraestructura no construidas. Su contundente dictamen es un buen motivo para que el Poder Ejecutivo pida el acuerdo de la Cámara de Diputados que le permita intervenir la Municipalidad de Asunción. El desastre financiero –fruto de los peores vicios de nuestra administración pública– no debe ni puede prolongarse por más tiempo: el “bicicleteo” continuo, abierto o disfrazado, resulta insostenible, como tendría que saberlo no solo el “cantante” de marras. Es de suponer que Nenecho ha de estar feliz porque otros grandes escándalos están desviando la atención del grave problema financiero creado por su administración, y porque la dócil Junta Municipal de Asunción le aprobó ayer otros 2.000 millones de guaraníes para pagar intereses generados por deuda, y que el concejal Álvaro Grau (PPQ) sostiene que es para proseguir con el “bicicleteo”.

Basta ya de tantas desgracias gestadas en el Palacete Municipal, ante la impotencia de sus víctimas, que aún ignoran adónde fueron a parar los 500.000 millones de guaraníes, que deberán devolver a los prestamistas, con intereses. En este grave marco, las “serenatas” que vienen ofreciendo el intendente y su esposa constituyen una burla a los asuncenos.

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