Negativa “obsesión” por los costos

El experto mexicano Alejandro Ruelas criticó, además, ayer el hecho que en los últimos 20 años no exista en la gestión empresarial una “alternativa inteligente” a la “obsesión” por bajar costos, con el propósito de vender más barato que las demás. “La verdad que la única alternativa hoy para muchas empresas es empobrecerse, despedir empleados, bajar la calidad y así lograr competitividad”, aseveró.

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Añadió que anteriormente los ejemplos a seguir eran los países del G 7, del mundo desarrollado, pero hoy el ejemplo es China; “por el amor de Dios, eso no puede ser”. “Pero me entristece que China, que tiene un ingreso per cápita menor que Paraguay, resulta que es el país que va a decidir el futuro del planeta; y todo ha sido consecuencia de esa aceptada teoría del bajo costo”.

Por su lado, añadió la estrategia del bajo precio “es la no estrategia”, porque las empresas que se basan en ella revelan que no tienen inteligencia, y no tienen en cuenta que las empresas más valiosas de la historia nunca han tenido esa práctica.

Al respecto, señaló que la única manera de que una empresa hoy día pueda cumplir el paradigma de ser social y ambientalmente responsable es manejando márgenes altos, que no implica ser inflacionaria, sino tener más valor que otras, haciendo algo diferente a los competidores.

Al insistir con la negativa obsesión por bajar los costos ha tenido graves consecuencias, como la de la central nuclear de Fukushima (Japón), que tuvo serias averías tras el maremoto, porque alguien ahorró algo en los costos. “Obama (Barack, presidente de los Estados Unidos) le dijo al presidente de la British Petroleum que hubo derrame, porque ellos habían bajado el costo del mantenimiento. Hillary Clinton reconoció ante el Congreso que el problema de Trípoli (Libia) tuvo su origen en que alguien ahorró costos en seguridad. O sea, en cualquier problema yo se los voy a asociar con alguien que ahorró en costo erradamente.

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