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Yngrid Argüello comentó en Facebook: “Cuando acondicionen las chatarras para que circulen por las calles, todo irá mejor”.
Belén Salinas escribió: “Bajan los precios para no mejorar el servicio. El paraguayo feliz porque paga 2.000, pero sigue viajando en chatarras como sardinas”.
Yolanda Ferreira opinó: “Los pasajeros no tendrían que viajar colgados como monos; eso da vergüenza”.
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El contralor Rubén Velázquez fue administrador de la empresa que vendió las polémicas tierras al Indert y es socio comercial de Oviedo Matto y de su padre (el vendedor) en otra agroganadera.
Diego Colmán ironizó: “¿Y quién controla al contralor?”.
Richard Mustafa compartió: “O hay que ser muy estúpido o tener un zoquete muy grande para votar por esta clase de garrapatas”.
Juan González señala: “El Congreso es corrupto, pero el pueblo avala con su silencio cómplice. La corrupción de un gobierno es directamente proporcional a la de sus electores”.