La Federación de Trabajadores del Transporte (Fetrat) ratificó que los choferes de 31 empresas -de las 35 que operan en Asunción y área metropolitana-, unas 40 líneas irán a huelga los días 3 y 4 de septiembre. La medida, de concretarse, paralizará gran parte del servicio de buses y afectará directamente a los usuarios.
El presidente de Fetrat, Gerardo Giménez, confirmó que el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTESS) convocó a una reunión tripartita para el mediodía de mañana (12.00), en la que participarán trabajadores, empresarios y funcionarios del Gobierno. La intención es abrir un espacio de diálogo para evitar la huelga general anunciada.
Entre los principales reclamos del gremio se encuentra la falta de participación de los trabajadores en la reforma del sistema de transporte, actualmente en análisis en el Congreso. Según Giménez, la normativa fue elaborada “entre cuatro paredes”, dejando afuera choferes y usuarios, quienes son los principales afectados por la precariedad del servicio.
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No habrá servicio mínimo durante la huelga
El dirigente explicó que unos 5.000 trabajadores podrían quedar en situación laboral incierta debido a los cambios que introducirá la ley. La reforma plantea que las operaciones se dividan entre distintas empresas —operación, predios, talleres y mantenimiento—, punto que genera dudas sobre la relación de dependencia laboral. “Si todo se fragmenta, ¿a quién denunciamos en caso de conflicto? ¿Quién será nuestro patrón?”, cuestionó Giménez, al tiempo de advertir que la ley no garantiza la absorción de trabajadores cuando cambien las concesiones.
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Giménez insistió en advertir la falta de claridad sobre el futuro laboral cuando cambien las concesiones. Explicó que, si una empresa pierde la licitación y otra ingresa a operar las líneas, el plan normativo no garantiza que los choferes sean absorbidos automáticamente. “Eso deja a cientos de compañeros en riesgo de perder su fuente de ingreso de la noche a la mañana”, dijo.
La huelga convocada por Fetrat tiene además el respaldo mayoritario de las compañías. De las 35 empresas de transporte público, 31 se sumarán al paro, mientras que apenas son cuatro las que no se adhieren. El sindicato dejó en claro que no habrá servicio mínimo, ya que el transporte público no está considerado un servicio esencial, según el gremio.
“El trabajo de transporte público no es considerado un servicio imprescindible. Eso lo quieren incluir justamente (en el plan de reforma) para eliminar nuestro derecho a la huelga. Pero el derecho a la huelga no se negocia. Está en la Constitución Nacional y ratificado por la OIT (Organización Internacional del Trabajo)”, expresó.
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Usuarios, una vez más los más afectados
Cuando se le mencionó que nuevamente los usuarios serán los más afectados por la medida de fuerza, respondió con énfasis: “Los usuarios llevan décadas siendo los más afectados por la precariedad del sistema. Esta huelga también busca que se dé una solución de fondo”.
Desde la federación también señalaron que la documentación legal del paro está completa, tras haberse realizado asambleas en cada sindicato de base y notificado a las empresas y a las autoridades competentes. Giménez explicó que cumplir con este procedimiento demandó un gran esfuerzo organizativo, pero consideró clave “hacer las cosas de manera transparente y conforme a la ley” para evitar cualquier intento de desactivar la medida por irregularidades formales.
La reunión convocada por el MTESS mañana al mediodía será clave para definir si la medida de fuerza se mantiene o si logran un acuerdo que evite que los días 3 y 4 de septiembre el transporte público quede prácticamente paralizado.