Este lunes se desarrolló el conversatorio “Formalización de Empleo y Empresas en Paraguay”, de la organización ProDesarrollo y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). En este marco, el director de Inclusión Financiera de BID Invest, Terence Gallagher, se refirió a que pese a la incertidumbre, los aranceles, la inflación y otros desafíos económicos actuales, el país y la región general de América Latina y el Caribe están en un “punto clave o de inflexión” para avanzar en el proceso de inclusión financiera.
Recordó que en 2017 solo la mitad de la población regional tenía acceso a una cuenta bancaria, mientras que en 2021 el porcentaje subió a 73%, que evidencia cómo más de 100 millones de latinoamericanos ingresaron al sector financiero por primera vez como resultados de un trabajo conjunto entre varios actores. “La pandemia aceleró la digitalización y dejó claro que la inclusión financiera no es un lujo, sino un pilar fundamental para el desarrollo”, enfatizó.
Puso de ejemplo a Brasil, que consideró es el país que mostró el “mayor salto” de los últimos años. “Aunque no tiene un segmento muy avanzado en microfinanzas en comparación con Paraguay, Colombia, Perú, lo que realmente marcó la diferencia fue el lanzamiento de PIX, el sistema de pagos que permitió a la población de bajos ingresos construir una huella digital por primera vez”, señaló.
Basándose en los datos del Banco Central de Brasil, citó que se estima que unas 70 millones de personas ingresaron al sistema financiero del vecino país de la mano de PIX y resaltó que otros países de la región también están aprendiendo de esta experiencia.
“Soy optimista respecto a que estamos en un punto de inflexión. América Latina ha logrado pequeños avances significativos en los últimos años, pero las condiciones están en su lugar para un gran salto hacia adelante”, subrayó.

Tecnología: una oportunidad de promover la inclusión financiera
El director de Inclusión Financiera de BID Invest destacó además cómo vivimos en una era de avances tecnológicos sin precedentes y cómo la inteligencia artificial, los pagos electrónicos y otras herramientas están transformando el panorama financiero, con oportunidades y desafíos para la inclusión financiera.
Hizo hincapié en que la inteligencia artificial tiene el potencial de revolucionar la forma en que las instituciones financieras operan y atienden a sus clientes, además de mejorar la eficiencia productiva, reducir costos y minimizar riesgos para generar servicios más accesibles y asequibles para todos. Mientras que el modelo de “open banking” promueve la transparencia y la competencia en el sector financiero, fomenta la innovación y la colaboración entre bancos y fintechs, que puede resultar en soluciones más inclusivas y eficientes.
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“A la par, los pagos electrónicos han demostrado ser una herramienta poderosa para la inclusión financiera, especialmente en regiones donde el acceso a servicios bancarios y tradicionales es limitado”, detalló.
No obstante, expresó que aunque la inteligencia artificial, los pagos electrónicos y las nuevas herramientas ofrecen enormes oportunidades para la inclusión financiera, también presentan retos y deben ser abordados con “responsabilidad y ética”, con el fin de construir un sistema financiero más inclusivo y sostenible.
Inclusión financiera para mipymes
La inclusión financiera debe ser además un pilar fundamental para el desarrollo y la formalización de las micro, pequeñas y medianas empresas, el motor generador de empleos en la economía nacional, según consideró el viceministro de Mipymes, Gustavo Giménez, otro de los actores que participó del conversatorio “Formalización de Empleo y Empresas en Paraguay”.
Mencionó que actualmente 450.0000 mipymes cuentan tienen RUC, que es solo el primer paso de la formalización, mientras que se estima que unas 705.000 unidades del sector están operando en la informalidad.

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De cara a avanzar en el proceso de formalización, señaló el rol protagónico de la “Cuenta Básica para Mipymes”, que se diseñó junto con el Banco Central del Paraguay para facilitar la inclusión financiera y potenciar el acceso al financiamiento. Según los datos oficiales, en el sector hay un déficit de financiamiento en torno a US$ 4.000 millones.
“En el sector, menos del 50% tiene acceso a una cuenta como empresa, ahí tenemos una deficiencia importante. Eso posibilita que la mipyme caiga en el uso de esos recursos financieros de parte de la usura y no del sector financiero que tiene costos más competitivos”, señaló.
Precisamente, en una investigación realizada por la organización Pro Desarrollo se evidenció la dependencia del sistema financiero informal de las mipymes, así como los altos porcentajes de un préstamo informal al que se ven expuestos estos emprendedores: las tasas abonadas, en algunos casos, pueden llegar incluso a superar el 590% (tasa anual normal).