La investigación distingue dos grandes grupos de plataformas digitales. El primero conecta oferta y demanda de tareas ejecutadas en línea, como programación, diseño gráfico o microtareas asociadas a la inteligencia artificial. Pueden clasificarse como freelance, crowdwork, competencia libre o programación competitiva. El segundo grupo, no abordado en este estudio, se refiere a plataformas de transporte, entregas y alojamiento, donde las tareas están asociadas a la ubicación del trabajador.
El análisis se concentra exclusivamente en el primer grupo, que permite una interacción completamente virtual y transnacional entre empleadores y trabajadores. Los datos recopilados confirman el carácter eminentemente urbano de esta forma de trabajo: el 93% de los encuestados reside en zonas urbanas, un patrón observado también en otros estudios similares. En cuanto a las características sociodemográficas, el perfil de los trabajadores muestra una población relativamente joven y calificada. La mediana de edad es de 33 años, y el 38% posee un título universitario o equivalente, lo cual representa un nivel de formación superior al promedio regional.
Un punto destacado del informe es el rol que cumple el trabajo en plataformas digitales como canal de inserción laboral para la población migrante. De los participantes en la encuesta, el 8% se identificó como migrante, siendo Venezuela el país de origen predominante (49% de los migrantes encuestados), con presencia en diversos países de América Latina y el Caribe. Las razones para migrar varían: el 32,6% lo hizo por reunificación familiar, mientras que el 20,2% mencionó dificultades económicas como principal motivación.
Principales desafíos
Uno de los mayores desafíos institucionales que plantea esta forma de empleo es su dimensión transfronteriza. El 53% de los trabajadores señaló que sus contratantes residen fuera del país donde ellos están radicados. En este segmento, la mayoría de los contratantes (79%) se encuentra en Estados Unidos o Canadá, mientras que el 10,8% corresponde a otras regiones fuera del continente americano. En total, el 90% de los trabajadores que conocen la ubicación de sus empleadores trabajan para entidades económicas que operan fuera de ALC. Este dato revela una fuerte inserción de los trabajadores latinoamericanos en mercados laborales de economías más desarrolladas, lo cual plantea nuevos retos para la regulación laboral y la protección social desde una perspectiva regional.
En términos de dependencia económica, el 52% de los encuestados señaló que el trabajo en plataformas no constituye su principal fuente de ingresos. Entre quienes tienen otro empleo adicional, el 47,5% se identificó como empleado formal, seguido por un 31% que se declara profesional independiente y un 13% que trabaja en el sector informal. Esta diversidad de trayectorias laborales evidencia la coexistencia de distintos regímenes de trabajo, y obliga a repensar las políticas de seguridad social y protección laboral para incluir esta nueva modalidad.
En contraste, entre quienes se dedican exclusivamente al trabajo en plataformas digitales basadas en la web, solo el 17,7% se identifica como trabajador formal. Además, al indagar sobre su situación laboral previa, hasta tres meses antes de comenzar a trabajar en plataformas, se observa que el 38,9% tenía una ocupación formal. Esta información sugiere que existe un porcentaje considerable de personas que transita desde empleos formales hacia el trabajo digital, lo cual podría reflejar una búsqueda de mayor autonomía, pero también una salida del mercado laboral tradicional ante la falta de opciones estables.
El informe proporciona así una radiografía precisa del nuevo ecosistema laboral digital en América Latina y el Caribe. La expansión del trabajo en plataformas basadas en la web presenta oportunidades para jóvenes calificados y migrantes, al mismo tiempo que desafía los marcos regulatorios convencionales. La elevada proporción de relaciones laborales transnacionales, la heterogeneidad de condiciones de empleo y la parcial desconexión con los sistemas de protección social tradicionales configuran un escenario que exige respuestas innovadoras en materia de políticas laborales.
El estudio contribuye al entendimiento de estas transformaciones y remarca la importancia de seguir monitoreando el impacto económico y social de la digitalización del trabajo en la región. Por tanto, la información recogida resulta clave para que gobiernos, instituciones multilaterales y actores sociales puedan diseñar estrategias que garanticen condiciones de trabajo dignas y sostenibles en el nuevo entorno digital.
* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones