Día Mundial de la Obstetricia y la Embarazada: repensar el parto más allá del hospital

Cada 31 de agosto se conmemora la labor obstétrica y los derechos de las embarazadas. La ciencia analiza hoy qué modelos de atención —hospitalario o en casas de nacimiento— ofrecen mayores beneficios y cuáles son sus riesgos.

Embarazada.
Embarazada.Blue Planet Studio

El Día Mundial de la Obstetricia y la Embarazada se conmemora cada 31 de agosto, tradicionalmente asociado a San Ramón Nonato, patrono de quienes asisten nacimientos.

La efeméride visibiliza el rol clave de obstetras y parteras, y actualiza debates sobre calidad, seguridad y respeto en la atención del parto.

Tres modelos de parto que ganan terreno

  • Parto hospitalario con equipo multidisciplinario. Es el estándar predominante, con acceso inmediato a quirófano, banco de sangre y cuidados neonatales. La Organización Mundial de la Salud (OMS) subraya que la atención intraparto debe ser centrada en la persona, con intervenciones “solo cuando están clínicamente justificadas”.
  • Casas de nacimiento (centros de parto dirigidos por partería). Son unidades de baja complejidad, dentro o fuera de hospitales, para embarazos de bajo riesgo. Están a cargo de parteras u obstetras con protocolos de referencia y contrarreferencia.
  • Parto planificado en domicilio. Opción para gestaciones de bajo riesgo, con equipos entrenados y un plan de traslado preestablecido. Su seguridad depende de la rigurosidad en la selección y de la integración con el sistema sanitario.

Qué dice la evidencia sobre resultados y seguridad

La evidencia disponible en torno a los distintos modelos de atención al parto muestra importantes diferencias en resultados y experiencias para las mujeres de bajo riesgo.

Por ejemplo, los modelos de continuidad liderados por parteras se asocian con menos intervenciones médicas, como menos uso de epidural, episiotomías y partos instrumentales, además de mayores probabilidades de parto vaginal espontáneo, sin aumentar la mortalidad perinatal en comparación con los modelos médicos tradicionales.

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Respecto a las casas de nacimiento, en Estados Unidos el National Birth Center Study II reportó una alta tasa de partos vaginales (84%) y pocas cesáreas (alrededor de 6%).

Los traslados al hospital durante el trabajo de parto fueron más frecuentes en madres primerizas que en multíparas, pero los resultados perinatales se mantuvieron similares para las mujeres de bajo riesgo, siempre que existieran sistemas de derivación eficientes.

Otros programas en centros de parto han encontrado menos cesáreas y mejores experiencias de atención, especialmente en poblaciones en situación de riesgo social.

El parto domiciliario planificado, por su parte, mostró resultados perinatales comparables a los de hospital y unidades de partería en mujeres de bajo riesgo, según el estudio Birthplace in England.

Sin embargo, en madres primerizas se identificó un mayor riesgo de eventos adversos perinatales en el domicilio—aumento que no se observó en mujeres con partos previos.

Organizaciones como la ACOG reconocen que en casa hay menos intervenciones, pero advierten de un riesgo algo mayor de muerte perinatal y convulsiones neonatales, aunque el riesgo absoluto sigue siendo bajo cuando existen criterios de selección estrictos y equipos preparados.

En paralelo, la tasa de cesáreas continúa en aumento a nivel global según la OMS, alcanzando aproximadamente uno de cada cinco nacimientos, pero no se asocia a una reducción de la mortalidad materna o neonatal a nivel poblacional. Por ello, la OMS promueve la toma de decisiones informada y compartida, monitoreo cuidadoso durante el trabajo de parto y apoyo continuo.

Ventajas y riesgos, según el escenario

  • Hospital. Ventajas: manejo inmediato de emergencias, acceso a anestesia y UCI neonatal. Riesgos: mayor probabilidad de intervenciones no siempre necesarias si no se aplican guías de uso prudente; experiencias despersonalizadas cuando faltan modelos centrados en la persona.
  • Casa de nacimiento. Ventajas: tasas más bajas de intervención, entorno íntimo, continuidad con partería, costos potencialmente menores. Riesgos: requiere criterios estrictos de admisión, protocolos claros y traslados oportunos; su seguridad depende de la integración con hospitales.
  • Domicilio. Ventajas: mínima intervención y alto control del entorno para bajo riesgo con equipos entrenados. Riesgos: aumento relativo de eventos adversos en primerizas; vulnerabilidad ante emergencias tiempo-dependientes si el traslado no es rápido o el sistema no está articulado.

Cómo se decide el “lugar de nacer”

La evidencia converge en que el factor más influyente es el nivel de riesgo obstétrico y la calidad de la articulación entre niveles de atención.

Para bajo riesgo, los modelos liderados por partería —en hospitales o casas de nacimiento— reducen intervenciones y mantienen seguridad cuando hay vías de referencia funcionales.

Para riesgo moderado/alto, el hospital con capacidad resolutiva inmediata sigue siendo el entorno indicado.

Tendencias: del hospital centrado en intervenciones al cuidado colaborativo

  • Unidades intra-hospitalarias lideradas por partería, que combinan cercanía a alta complejidad con filosofía de baja intervención.
  • Casas de nacimiento integradas, con criterios de elegibilidad transparentes y traslados cronometrados.
  • Herramientas digitales: monitores portátiles, historias clínicas interoperables y teleapoyo para la toma de decisiones.
  • Acompañamiento continuo y doulas, asociado a menos cesáreas y mayor satisfacción.
  • Indicadores públicos de calidad: tasas de cesáreas ajustadas por riesgo, episiotomías, partos instrumentales, transferencias y experiencias reportadas por pacientes.

Qué mirar al evaluar opciones

  • Elegibilidad y evaluación de riesgo actualizada durante el embarazo.
  • Protocolos de emergencia y tiempos de traslado comprobados.
  • Tasas de resultados (cesáreas, traslados, parto vaginal espontáneo) publicadas por el servicio.
  • Disponibilidad de analgesia, acompañamiento 24/7 y prácticas de cuidado respetuoso.
  • Decisiones compartidas basadas en evidencia y preferencias informadas.
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