Con aeropuertos llenos, maleteros a tope y cambios de último minuto en los planes de viaje, diciembre es también la temporada alta de golpes, abolladuras y sorpresas desagradables al abrir la maleta.
Juguetes electrónicos, copas de cristal, cerámicas artesanales, botellas de vino o aceite, adornos delicados… el equipaje navideño suele ser más frágil de lo habitual y más expuesto a traslados bruscos.

Sin embargo, buena parte de los daños se puede evitar con algo de planificación y una estrategia de empaque pensada para sobrevivir a cintas transportadoras, revisiones de seguridad y maleteros sobrecargados.
Equipaje de mano o facturado: la primera gran decisión
La regla no escrita de quienes viajan habitualmente con objetos delicados es sencilla: todo lo que no pueda reemplazarse fácilmente debería ir en cabina.
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En el equipaje de mano es preferible transportar:
- Objetos de alto valor económico o emocional (joyas, piezas únicas, recuerdos familiares).
- Artículos muy frágiles (figuras de cerámica fina, copas, adornos de cristal).
- Electrónica de consumo (tablets, cámaras, consolas portátiles).
El equipaje facturado, en cambio, está sometido a más golpes, apilamientos y cambios bruscos de temperatura. Aun así, muchos regalos voluminosos o botellas deberán ir en la bodega. En esos casos, el empaque interno se vuelve decisivo.
También conviene revisar las normas de la aerolínea: algunas permiten llevar a bordo un bulto adicional pequeño (como bolsa de compras del duty free o un paquete delicado) además del equipaje de mano estándar, siempre que quepa bajo el asiento.
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El mito de la etiqueta “frágil”
Pegar una etiqueta de “frágil” en una maleta ofrece, en el mejor de los casos, un trato algo más cuidadoso durante la clasificación.

Pero no es una garantía. Las maletas igualmente se apilan, se deslizan por cintas y se manipulan con prisa.
Es más eficaz asumir que:
- La maleta puede caer desde cierta altura.
- Puede acabar bajo otras varias más pesadas.
- Puede recibir impactos laterales.
Con esa realidad en mente, el objetivo es lograr que el contenido no sufra aunque la maleta sí lo haga.
Empezar por la maleta adecuada
El primer nivel de protección es el propio continente:
- Maleta rígida: ofrece mejor protección frente a golpes y compresión que las blandas. Es la opción preferible para transportar botellas, cerámicas o vidrio en la bodega del avión.
- Maleta blanda reforzada: puede funcionar para equipaje de mano con objetos frágiles siempre que el interior esté bien acolchado.
- Estado de la maleta: conviene revisar cremalleras, ruedas y carcasa: una rotura en tránsito puede exponer el interior, sobre todo cuando viaja muy lleno.
Dentro de la maleta, ayuda mucho crear capas: una base acolchada, una zona central para lo frágil y una capa final protectora, usando ropa u otros textiles.
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Empaque inteligente: acolchado y ausencia de huecos
Los especialistas en logística coinciden en dos principios básicos:
- Cada pieza frágil debe ir acolchada de forma independiente. Envolvé vasos, figuras, marcos y otros objetos en papel burbuja, espuma o, en su defecto, varias capas de ropa (camisetas, bufandas o toallas).
- No debe quedar espacio libre alrededor. Cualquier “juego” interno multiplica el riesgo de que el objeto se mueva y se golpee.
Algunos recursos prácticos:
- Utilizar medias gruesas para envolver pequeñas piezas de cristal o cerámica.
- Rellenar tazas y vasos con ropa interior o servilletas de papel para que no colapsen hacia adentro.
- Colocar los objetos frágiles siempre lejos de las paredes de la maleta: mejor en la zona central, rodeados de ropa.
- Evitar que dos piezas delicadas queden en contacto directo entre sí, incluso si están envueltas.
Ropa como sistema de protección
La ropa es un material de embalaje excelente y ya está en la maleta:
- Colocá al fondo prendas voluminosas (chaquetas, toallas) para formar una base acolchada.
- Situá encima los objetos frágiles envueltos individualmente.
- Rellená espacios laterales con camisetas o ropa interior bien compacta.
- Cubrí todo con otra capa de ropa mullida antes de cerrar.
La idea es que, si la maleta se sacude, lo que se mueva sea la ropa, no el objeto frágil.
Cómo transportar botellas de vino, aceite y licores
Los souvenirs líquidos son protagonistas de cada temporada navideña: vinos, licores, aceites, salsas. Y también son una de las causas más frecuentes de catástrofe en la maleta.
Para minimizar riesgos:
- Conservá el envase original siempre que sea rígido (caja de cartón grueso, estuche).
- Envolvé la botella en varias capas de plástico (bolsa hermética o film) para contener posibles fugas.
- Añadí una capa externa de papel burbuja o ropa gruesa.
- Colocá las botellas en el centro de la maleta, en posición horizontal u oblicua, rodeadas de prendas que actúen como almohadas.
- Evitá agrupar muchas botellas en la misma zona; distribuir el peso reduce puntos de presión.
En vuelos, recordá: solo se pueden llevar líquidos de más de 100 mililitros en el equipaje despachado, salvo compras en duty free que cumplan el empaquetado de seguridad exigido por el aeropuerto.
Regalos electrónicos y gadgets delicados
Tablets, e-readers, consolas y cámaras se llevan mejor en el equipaje de mano, protegidos en fundas robustas y lejos de presiones directas (por ejemplo, no en el bolsillo exterior que suele recibir golpes).
Si se transportan componentes muy frágiles (objetivos fotográficos, drones plegables, micrófonos sensibles), es recomendable:
- Usar estuches rígidos específicos o con espuma interna troquelada.
- Evitar improvisar fundas con solo una capa de tela.
- Mantener siempre estos objetos bajo supervisión personal, nunca sueltos en bolsillos laterales de mochilas muy comprimidas.
¿Envolver regalos antes o después del viaje?
Las exigencias de seguridad aeroportuaria hacen que, en muchos países, los paquetes completamente envueltos puedan ser abiertos para inspección, lo que arruina el papel de regalo y el esfuerzo estético.
Una solución práctica:
- Empaquetar los regalos con protección funcional (cajas, acolchado, bolsas de tela) para el viaje.
- Llevar el papel de regalo plano y la cinta adhesiva en la maleta.
- Hacer el envoltorio final en destino, una vez superados controles y desplazamientos.
Si aun así se decide envolver en origen, conviene hacerlo con papel sencillo y sin exceso de cintas o lazos, que faciliten su apertura y reempaque en caso de inspección.
Souvenirs artesanales: cerámica, vidrio y piezas únicas
Las compras artesanales muchas veces vienen ya protegidas por el propio vendedor, pero rara vez con la intensidad que exige un viaje largo con varios transbordos.
Pequeñas precauciones pueden marcar la diferencia:
- Pedir siempre caja rígida y, si es posible, material de relleno interno (virutas de papel, espuma).
- Reforzar ese empaque la noche anterior al viaje añadiendo capas de ropa o papel burbuja dentro de la caja.
- Marcar discretamente el lado más resistente de la caja para colocarlo hacia abajo dentro de la maleta, de forma que absorba mejor el peso.
- Tratar las piezas únicas como si fueran frágiles de laboratorio: mejor en cabina si su tamaño lo permite.
Reglas de seguridad y aduanas: lo que conviene saber
Más allá de los golpes, hay otros riesgos para los regalos navideños: los de ser retenidos, confiscados o tener que ser declarados.
Algunas pautas generales:
- Líquidos y cremas: (perfumes, cosméticos) en cabina deben respetar el límite de 100 mililitros por envase y 1 litro total, en bolsa transparente. El resto, en equipaje despachado.
- Ciertos alimentos (carnes, embutidos, quesos, productos frescos) pueden estar restringidos o prohibidos en aduanas, sobre todo al entrar en otros continentes.
- Artesanías que incluyan materiales vegetales, pieles, semillas o maderas exóticas pueden requerir certificados o estar sujetas a inspección.
- Algunos obsequios aparentemente inofensivos (cuchillos de cocina, sets de fondue, herramientas) pueden considerarse objetos punzantes y no están permitidos en cabina.
Antes de comprar en viaje, es recomendable consultar las normas del país de destino y de tránsito para evitar decepciones en la frontera.
Cerrar la maleta con margen y previsión
Una maleta sobrecargada es más difícil de manipular con cuidado, tanto para su dueño como para el personal de transporte. Además, cuando va “a presión”, cualquier impacto se transmite con mayor dureza al contenido.
Durante las fiestas, puede ser útil:
- Planificar espacio para los regalos de vuelta en el momento de hacer la maleta de ida.
- Llevar una bolsa plegable adicional por si se necesitan redistribuir pesos o separar regalos.
- No colocar objetos frágiles justo bajo la tapa, donde las correas de compresión pueden aplicar demasiada presión.
Viajar con regalos y souvenirs forma parte del ritual emocional de la Navidad: es llevar un fragmento de un lugar o un gesto pensado al detalle hasta la casa de otra persona.
Con una combinación de sentido común, buenos materiales de empaque y respeto por las reglas de seguridad y aduanas, la probabilidad de que esos objetos lleguen intactos aumenta notablemente. Y se reduce, de paso, el riesgo de que la sorpresa al abrir la maleta sea la equivocada.
