Turismo más allá de la Tierra

El deseo de explorar lo desconocido siempre está vigente, ya sea para arriba o para abajo, desde el espacio exterior o hasta las profundidades del agua. Desde que el ser humano pisó la Luna, la curiosidad por saber qué hay más allá de nuestro planeta es una incógnita de la que hoy algunos gigantes sacan provecho: el turismo espacial.

Richard Branson, fundador de Virgin Galactic, pionero del "turismo espacial".
Richard Branson, fundador de Virgin Galactic, pionero del "turismo espacial".

Los astronautas inspiraron a cientos de miles de personas a lo largo de todo el mundo. Años después del Apolo 11, las misiones espaciales continúan sin intención alguna de detenerse.

“¿Vida en Marte?”, preguntaba por ejemplo el cantante David Bowie en una de sus conocidas canciones “Life on Mars?” y esa incógnita aún debe ser contestada, pero más allá de todo lo oficial o recreaciones de lo desconocido mediante ciencia ficción, existe algo sorprendente que es una realidad, aunque no para muchas personas: el turismo espacial.

Blue Origin
Blue Origin

Algo que parecía un sueño demasiado lejano es posible ya hace un tiempo, que un civil pueda experimentar la gravedad cero o contemplar la Tierra por fuera de ella, son “servicios” ofrecidos por gigantes como SpaceX o Blue Origin.

Ahora, de estas “aventuras”, ¿qué significan? o ¿cómo va a avanzar? Para responder a esas y otras preguntas, el Prof. Dr. Félix Kanazawa comparte sus conocimientos.

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–¿Cómo se prevé que evolucione el turismo espacial?

–Actualmente el turismo espacial se considera una experiencia exclusiva, de élite, debido a los altos costos asociados con los viajes espaciales. Sin embargo, a medida que la tecnología avanza y la industria espacial se desarrolla, se espera que los precios disminuyan, haciendo que el turismo espacial sea más accesible para una gama más amplia de personas en el futuro.

“Existen diversos tipos de turismo espacial, como el orbital, el suborbital y el lunar. Los turistas se sienten motivados por la posibilidad de ver la Tierra desde el espacio, una perspectiva diferente, sentir la ingravidez, experimentar velocidades altísimas y contribuir a la ciencia”, explica.

Ver la tierra por fuera de ella: Elaine Hyde lo pudo hacer con un viaje de Blue Origin.
Ver la tierra por fuera de ella: Elaine Hyde lo pudo hacer con un viaje de Blue Origin.

Aunque el Concorde alcanzaba altitudes elevadas y velocidades supersónicas (Mach 2), llegando a los 60.000 pies (aproximadamente 18.300 metros), esta altura no se considera el límite del espacio, que se define convencionalmente en la línea de Karman, a unos 100 km sobre el nivel del mar. Pero los pasajeros podían experimentar el contorno de la superficie terrestre, se anunciaba como “el borde del espacio”, que era una forma de publicidad.

El espacio ultraterrestre, para el ser humano por encima de la Línea de Kármán, representa un entorno hostil, no es habitable en su estado natural debido a la falta de atmósfera, gravedad y exposición a la radiación, el ser humano ha logrado desarrollar tecnologías para conquistarlo y utilizarlos para diversos fines. La exploración espacial, aunque limitada, ha brindado avances científicos y tecnológicos, y ha despertado el interés por el descubrimiento y la expansión más allá de la Tierra.

División de la atmósfera

La atmósfera terrestre se divide en cinco capas principales, desde la más cercana a la superficie hasta la más alejada: troposfera, estratosfera, mesosfera, termosfera y exosfera.

Troposfera: es la capa más baja y donde ocurren los fenómenos meteorológicos como la lluvia, el viento y la nieve. La mayoría de los aviones comerciales vuelan en la troposfera, específicamente en sus capas superiores, cercanas a la tropopausa.

Estratosfera: se extiende unos 50 km sobre la troposfera y contiene la capa de ozono, que absorbe la radiación ultravioleta del sol.

Mesosfera: es la capa donde la mayoría de los meteoritos se queman al entrar en la atmósfera.

Termosfera: también conocida como ionosfera, esta capa absorbe la radiación solar de alta energía y es donde se producen las auroras boreales y australes. De hecho, el límite aproximado entre nuestra atmósfera y el espacio exterior, conocido como la Línea de Kármán, a una altitud de unos 100 km con respecto a la superficie terrestre y la parte superior entre 500 y 1.000 km.

Orbitan en la termosfera, la Estación Espacial Internacional (ISS) a una altitud de aproximadamente 400 kilómetros sobre la superficie de la Tierra y muchos otros satélites. A esta órbita se conoce como LEO (órbita terrestre baja).

Exosfera: es la capa más externa, la verdadera “frontera final” de la envoltura gaseosa terrestre, donde la atmósfera se mezcla gradualmente con el espacio exterior. Los satélites geoestacionarios orbitan alrededor de la Tierra a una altura de 35.786 kilómetros sobre el ecuador, en una órbita circular llamada Cinturón de Clarke.

Historia del turismo espacial

En 2001, la empresa Space Adventures y la agencia espacial rusa Roscosmos colaboraron en enviar a Dennis Tito a la Estación Espacial Internacional (ISS) a bordo de una nave Soyuz. Este fue el primer vuelo espacial de pago, marcando un hito en el turismo espacial. Pagó alrededor de 20 millones de dólares por la experiencia.

Además de Dennis Tito, con la nave Soyuz, más turistas espaciales han viajado al espacio como turistas; entre ellos, Mark Shuttleworth (2002), un empresario sudafricano; Gregory Olsen (2005), un empresario estadounidense; Anousheh Ansari (2006), una ingeniera iraní-estadounidense, quien fue la primera mujer iraní en ir al espacio; Charles Simonyi (2007 y 2009), un empresario estadounidense de ascendencia húngara, realizó dos viajes; Richard Garriott (2008), diseñador de videojuegos y empresario británico-estadounidense, y Guy Laliberté (2009), cofundador del Cirque du Soleil, el último turista en visitar la EEI hasta la fecha. Estos viajes abrieron el camino para el turismo espacial y demostraron que el espacio es alcanzable para personas no profesionales.

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El 14 de abril de 2025 marcó un hito en la historia espacial: por primera vez desde la década de 1960 una tripulación compuesta exclusivamente por mujeres fue lanzada al espacio. La misión fue realizada por Blue Origin, la compañía espacial de Jeff Bezos (fundador de Amazon), utilizando su cohete New Shepard.

La nave superó los 100 kilómetros de altura, cruzando la Línea de Kármán, el límite reconocido internacionalmente que marca el comienzo del espacio exterior. Este vuelo es especialmente significativo, ya que la última vez que una mujer realizó un vuelo espacial en solitario fue en 1963, con la histórica misión de Valentina Tereshkova.

El equipo incluía a la cantante Katy Perry, la empresaria estadounidense Lauren Sánchez, la presentadora de televisión Gale King, la productora de cine Kerianne Flynn y las excientíficas de la NASA Amanda Nguyen y Aisha Bowe.

“Blue Origin aspira en el futuro a poner turistas espaciales en órbita, compitiendo directamente con SpaceX de Elon Musk”, comenta el profesor.

Hoteles espaciales y turismo en otros planetas

La construcción de hoteles espaciales representa un gran avance en el turismo espacial y ofrece la posibilidad de disfrutar de una experiencia única en el espacio, con comodidades similares a las de un hotel de lujo en la Tierra.

En el futuro cercano, se estima a partir del año 2027, empresas como Orbital Assembly Corporation (OAC) estarán abocadas a ofrecer hoteles espaciales en órbita terrestre baja (LEO) con el proyecto denominado Voyager Station, y también otros proyectos en desarrollo como Pioneer Station. Estos hoteles tendrían capacidad para hospedar a más de 400 personas, incluyendo tripulación, y su forma sería de una rueda giratoria gigante o un anillo.

Turismo espacial.
Turismo espacial.

“El hotel utilizará la rotación para crear una forma de gravedad artificial, lo que permitirá a las personas realizar actividades cotidianas con vistas panorámicas de la Tierra. Si bien las tarifas oficiales aún no se han anunciado, se especula que una estancia de tres días podría costar alrededor de 5 millones de dólares, lo que lo convierte en una opción para viajeros de lujo”, adelanta el especialista.

Finalmente, sobre la idea de turismo en otros planetas, aseguró que no es imposible, pero sí consideró que probablemente todavía estemos a un par de generaciones de ver esa idea como algo “normal”.

“Los viajes lunares turísticos a estaciones espaciales intermedias entre la Tierra y el planeta destino, y quién sabe, quizás en unas décadas el hombre pueda pisar el planeta Marte, algo que actualmente se ha podido por medio de robots Rovers operados por la NASA”, concluye.

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