La Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel, regulador) señaló en una nota que la inestabilidad global cibernética “impactó temporalmente en los sistemas de atención a los consumidores de algunas empresas del segmento de distribución”.
Sin embargo, de acuerdo con la Asociación Brasileña de Distribuidores de Energía Eléctrica, el servicio de suministro de luz no se vio afectado en ningún momento.
"Los distribuidores están a la espera y movilizados para reducir cualquier posible impacto", indicó la información de Aneel.
Por otro lado, el regulador brasileño subrayó que el fallo informático, con repercusiones globales en los sectores bancarios y aeroportuarios, no impactó “en sus sistemas informáticos, bases de datos, ni en sus plataformas de atención al cliente”.
"Tampoco ha habido impacto en el Operador Nacional del Sistema Eléctrico (ONS) y, en consecuencia, no hay problemas en el funcionamiento" de la red nacional, añadió.
La caída global de los sistemas de Microsoft, a raíz de una actualización defectuosa de la plataforma de seguridad informática CrowdStrike, sí generó cierta inestabilidad en algunos bancos brasileños, como Bradesco y los digitales Next, Neon y Banco Pan.
La Federación Brasileña de los Bancos (Febraban) dijo en una nota que "la mayoría de las instituciones financieras brasileñas ya han normalizado sus servicios y las demás se encuentran en un estado avanzado de normalización y trabajan para que sus servicios funcionen rápidamente".
También, dañó de forma puntual el sistema de registro de pasajeros de algunas aerolíneas brasileñas, causando el retraso de algunos vuelos, pero sin consecuencias mayores en las operaciones de aterrizaje y despegue, de acuerdo con el Gobierno brasileño.
Según la prensa local, algunos laboratorios, como Fleury, Delboni y A+, tuvieron igualmente problemas para entrar en sus sistemas.
El fallo informático se ha sentido desde Estados Unidos hasta Australia, pasando por Japón y varios países de Europa.
Ha golpeado con especial intensidad a las aerolíneas, generando el caos en diversos aeropuertos, pero también ha causado incidencias en bancos, instituciones y hospitales.