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Ayer, miércoles, la ciudad de Nueva York declaró las redes sociales en general como “amenazas para la salud mental” de los menores, según señaló el alcalde Eric Adams. Como parte de su presentación, el político comparó el efecto de las redes sociales en los jóvenes con el que en el pasado supusieron el tabaco y las armas.
“De ese mismo modo vamos a tratar las redes sociales: como otra amenaza a la salud que debe cesar. Debemos garantizar que las compañías tecnológicas se responsabilizan de sus productos”, dijo Adams durante su discurso.
Ante este caso, el experto paraguayo en ciberseguridad Miguel Ángel Gaspar enfatizó que los celulares “inteligentes” (smartphones) “no son dispositivos para niños”, ya que siempre fueron orientados para un público adulto.
“No existe un smartphone que no recolecte información y eso es algo que siempre se explica a los padres; hay un algoritmo de recomendación y este no diferencia si el usuario es niño o adulto”, advirtió.
Smartphones recopilan información y aplicaciones “se pagan con nuestros datos”
Asimismo, Gaspar aseguró que “no existe un smartphone que no recolecte información”, ya que esta es una condición de los celulares inteligentes para generar una relación con cada usuario y servicio digital prestado mediante las diversas aplicaciones.
Mediante esta recolección de información se detectan “datos comportamentales” y el público más vulnerable a caer en algún tipo de adicción son los niños y adolescentes, aseguró.
“El público más vulnerable es el que no tiene un freno psicológico sobre las horas con el smartphone: los niños y adolescentes, incluso con una posibilidad de que sea aún más fuerte esto en las personas que no tengan un acompañamiento de sus padres”, agregó.
Por otra parte, sostuvo que, pese a que varias aplicaciones son “gratuitas” para los usuarios, siempre se está pagando por su uso mediante la recolección de nuestros datos en cada servicio digital.
Smartphones, “nunca” en niños menores de ocho años
Finalmente, el experto manifestó que, según varios estudios realizados a lo largo del mundo, la principal recomendación es que los niños menores de ocho años “nunca” tengan acceso continuo a un smartphone y también existe otra que establece que “nunca” un menor de 12 debe tener un teléfono propio.
“Se tienen que dar conversaciones con los padres y hay estudios publicados sobre los límites de rango etario de acceso a estos servicios digitales. Si los niños ya están ahí, hay que sentarse y dialogar, establecer límites y tener el acompañamiento de un psicólogo o consultar con otros especialistas. Siempre que se saca algo, reemplazar con otra cosa como alguna actividad deportiva”, recomendó.
Asimismo, confirmó que celebra la decisión de Nueva York sobre la “toxina y amenaza” de las redes en los menores y, de igual manera, aseguró que no está a favor de “negar la tecnología” a los niños, sino que un smartphone “no debe ser la primera puerta de acceso” a este mundo para ellos.
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