El centro acelerador de diseño y desarrollo está ubicado en Shanghái (este del país), y ayudará a atender a 2,5 millones de desarrolladores de aplicaciones que se ejecutan en dispositivos Apple.
El centro brindará asistencia técnica a los desarrolladores a través de conferencias, seminarios y capacitación, entre otras actividades, y responde al reclamo de los desarrolladores chinos, que hasta ahora se quejaban de la dificultad de comunicarse con la compañía ya que su equipo de regulación de aplicaciones no tenía base en China.
China tiene más de 2,5 millones de desarrolladores de aplicaciones de Apple y desde 2010, cuando la App Store hizo su debut en China, los desarrolladores nacionales han ganado más de 200.000 millones de yuanes (unos 29.400 millones de dólares) en la venta de aplicaciones en el mundo.
Además de este nuevo centro, Apple tiene cuatro centros de I+D en el país en Pekín, Shenzhen, Shanghái y Suzhou, con una inversión combinada de 3.500 millones de yuanes (unos 509 millones de dólares) y que dan empleo a unas 1.000 personas dedicadas a la innovación en hardware, software y servicios.
A finales de 2018 la empresa contaba con un total de 51 tiendas minoristas en el país asiático. La apertura de este centro se produce en plena crisis entre Estados Unidos y China por una guerra comercial en la que la tecnología es una de las principales batallas, como quedó demostrado tras el veto (ya suspendido) a la tecnológica china Huawei.
Apple es una de las empresas más destacadas que ha hecho público su descontento con la situación, y remitió una carta a las autoridades estadounidenses en la que pidió que no aplicasen nuevos aranceles a las importaciones desde China, ya que afectarían a productos como los teléfonos iPhone y “reducirían” la contribución de la firma a la economía nacional.
De hecho, el consejero delegado de la compañía, Tim Cook, ya alertó a principios de enero sobre el impacto en una carta a los accionistas, en la que revisaba a la baja las expectativas de ingresos y advertía sobre la caída de ventas del iPhone, en buena parte debido al mal momento de la economía china y al impacto de la disputa comercial.
Las dos naciones están ahora en plenas negociaciones para tratar de poner fin a la contienda, que ahora vive una tregua desde la reunión de los presidentes Xi Jinping y Donald Trump durante la pasada cumbre del G20 en Osaka (Japón).