Siempre escuchamos que beber vinos es bueno para la salud. Esto está más que comprobado; inclusive en artículos pasados, expuse conclusiones de científicos por el mundo donde se demuestran varios puntos del ser humano que pueden mejorar con el vino. Lo que debemos aclarar es que no todos los vinos tienen el mismo efecto sobre la salud.
La imagen de disfrutar una copa de vino tinto mientras la lluvia golpea suavemente la ventana es algo más que una mera escena de película. Este ritual casi instintivo surge de una combinación de factores psicológicos, ambientales y sensoriales. Pero, ¿por qué exactamente nos inclinamos hacia el vino tinto en días lluviosos y qué variedades o cepas se recomiendan para esos momentos?
La apreciación de un buen vino tinto es una habilidad que se va afinando con el tiempo, experiencia y, sobre todo, con la comprensión de los pequeños detalles que hacen de cada sorbo una experiencia única. Para los amantes del vino y aquellos que se inician en este rico universo, conocer los secretos de la cata puede abrir la puerta a un nuevo nivel de disfrute y aprecio por estas bebidas.
El vino tinto, esa bebida venerada a lo largo de la historia, es más que un simple complemento para una cena romántica o una celebración entre amigos.
Explorar el mundo de los vinos tintos es emprender un viaje apasionante a través de viñedos, tradiciones y sabores que han marcado la historia y la cultura de muchas regiones alrededor del mundo. No obstante, el corazón de cualquier vino tinto, su esencia y personalidad, reside en la variedad de uva utilizada para su elaboración.
La nutricionista Carolina Sosky dice que hay alimentos y bebidas que pueden manchar los dientes, por ejemplo, el café y el té contienen taninos. “Los taninos son polifenoles ácidos que decoloran y manchan. También pueden cambiar el equilibrio del pH en la boca, provocando que el daño a los dientes se produzca más rápidamente después de beber estas bebidas”.