22 de junio de 2025
El Tratado de Itaipú se mantuvo en estricto secreto hasta casi el día de su firma, el 26 de abril de 1973. Nuestro diario, que había acompañado a la delegación a Brasilia y que venía desde hacía tiempo solicitando insistente e infructuosamente una copia, solo pudo acceder al texto menos de 24 horas antes, lo que obligó a leerlo a las apuradas para hacer las primeras reflexiones, sin posibilidad de análisis profundo ni crítica previa. Más de medio siglo después se repite la triste historia. El embajador brasileño, José Antonio Marcondes, declaró que está próximo un acuerdo sobre el Anexo C, y la opinión pública paraguaya no tiene la más mínima idea de cuáles son los términos de esta revisión clave para los intereses y el futuro del país.
Desde la firma del Tratado de Itaipú en 1973, la gestión de la energía generada por la binacional ha sido motivo de debate en Paraguay. Un aspecto particularmente controversial ha sido la estructura de precios aplicada a la tarifa de energía y a la cesión del excedente a Brasil.
En lo que más parece una excusa para justificar una inminente claudicación en la renegociación del Anexo C del Tratado de Itaipú, con la abierta confesión de que no se buscará la eliminación de la cesión de los excedentes al Brasil, el Gobierno reitera la perorata de la plena utilización de la energía paraguaya en Paraguay. Sin embargo, al margen de que esa, en el mejor de los casos, no es una meta que se pueda cumplir a corto plazo, tampoco el Gobierno da señales de que la tenga como un objetivo estratégico. El Instituto Paraguayo de Profesionales del Sector Eléctrico (IPPSE) advierte que las inversiones en el área están paralizadas o muy atrasadas, lo cual no solamente compromete la confiabilidad y la calidad del servicio, sino que amenaza con generar un colapso total en el sistema.
Desde la firma del Tratado de Itaipú en 1973, la gestión de la Entidad Binacional Itaipú ha generado intensos debates en Paraguay, centrados principalmente en el substancial incremento de la deuda y en las elevadas cargas financieras. A pesar de la operación continua y exitosa de la represa, que generó recursos significativos, el refinanciamiento de la deuda con Eletrobras extendido hasta el año 2023 no condujo a la disminución esperada de la tarifa. Aunque, teóricamente, la amortización de la deuda debería resultar en una disminución de la tarifa, eso no ocurrió porque la autorización del cronograma de pagos también estableció una tarifa cuasi constante para cada año hasta el 2023.