Fuera de que la fiesta, como dijo Marcel Mauss, sea «un hecho social total, de expresión ritual y simbólica, sagrada y profana», en cada sociedad el tiempo se regula en torno a la estructura cíclica de las fiestas tradicionales. Para quienes participan directamente de ellas, ante todo, pero también incluso para cuantos meramente las observan, estas celebraciones crean estados mentales propios y son parte vital de la experiencia subjetiva. Y como no es posible pensar el fenómeno cultural de la fiesta sin conocer su música, hoy, Domingo de Ramos, de la música de la Semana Santa, del canto de los Estacioneros, nos habla Juan Pastoriza en este artículo.