2 de diciembre de 2025

Las protestas de trabajadores de la salud, movilizaciones por carencias en medicamentos, la presión sobre servicios públicos y la disconformidad ciudadana no son hechos desconectados. Responden a un deterioro progresivo de las condiciones de vida, alimentado por una economía que, aunque crece en cifras agregadas, no logra trasladar ese dinamismo a la mayoría de la población. En la misma línea, la sensación de pérdida del poder adquisitivo es generalizada, impulsada por cambios abruptos en el entorno regional y por desequilibrios internos que presionan al gasto público y a la posibilidad de inversión del Estado.