El romance evolucionó con la tecnología, y el sexting —el intercambio de mensajes y fotos íntimas— se convirtió en una práctica común entre las parejas. Tanto es así que el 32% de los latinoamericanos admite haber enviado “nudes”, según un estudio reciente.
Trabajo de inteligencia de la Policía Nacional llevó a la detención de Lizza Noemí Campuzano Petter, una bella joven cuyos atributos son el gancho común en una legión de perfiles en redes sociales, mediante los cuales, extorsionadores sexuales embaucan a sus víctimas y son capaces de recibir pagos de hasta G. 40 millones en muchos casos. El rostro de la joven ha de ser conocido para muchos, mientras que a otros les sonará más nombres como “Jessica Vera” o “Johanita Vera” el de “comisario Hugo Colmán”, todos personajes ficticios usados para las extorsiones, que operarían incluso desde las cárceles.
El reciente caso de un hombre que ofrecía “diamantes” para juegos virtuales a menores de edad a cambio de imágenes pornográficas obliga a los padres a observar en qué andan sus hijos cuando están jugando en la computadora. Los adultos tienen que hablar de esto en familia y proteger a los menores, instan desde la Policía Nacional.
Agentes fiscales encabezaron un megaoperativo en Encarnación que resultó con la detención de cinco personas vinculadas a una asociación criminal que se dedicaba a la sextorsión. El fiscal Federico Delfino indicó que también hay varios presos en penitenciarías ya identificados y en los allanamientos encontraron la impresora y sellos falsificados de la Policía Nacional con los cuales se fabricaban denuncias para extorsionar a las víctimas. Solo durante la cuarentena habrían recaudado unos G. 200 millones.
El mensaje de texto que dice “una fotito no hace daño a nadie”, para el sexteo, resulta una práctica de carácter “inofensivo” pero peligroso. Remitir fotos íntimas, sin medir las consecuencias, puede atentar contra la integridad y salud mental del emisor.
Un joven que se dedica a la modalidad de extorsión con imágenes íntimas de las víctimas, una delito conocido como “sextorsión” o “sexting” fue detenido en Pilar. Llegó a sacarle casi G. 2 millones a una víctima y lo más llamativo es que mientras era detenido, le seguían llegando pagos de otros extorsionados.