11 de agosto de 2025
El seguro es una herramienta importante que acompaña el desarrollo económico. Al permitir la gestión y transferencia de riesgos, libera a emprendedores y empresas para que se centren en generar más productividad e innovación, en lugar de estar sujetos a la constante amenaza de siniestros imprevistos y a veces catastróficos. Es a su vez un facilitador de la inversión del capital productivo, ya que al mitigar los riesgos se convierte en un aliado clave para ese desarrollo. Esto es cuando un emprendedor arriesga su inversión, se enfrenta a múltiples incertidumbres: incendios, robos, desastres naturales, fallas técnicas, responsabilidad ante terceros, etc. El seguro absorbe gran parte de esa incertidumbre de riesgo protegiendo financieramente el patrimonio. Así, al saber que las pérdidas potenciales están cubiertas por el seguro, los inversores y emprendedores están más dispuestos a asumir los riesgos inherentes a las actividades productivas, lo que genera mayor inversión de capital y la creación de nuevas empresas.
La exclusión de cobertura implica una posición del asegurador en la que explícitamente expresa su decisión de no tomar a su cargo o no cubrir las consecuencias de un determinado riesgo. Considera así determinados eventos como excluyentes del contrato y que el asegurador advierte durante la celebración, generalmente en la propuesta del seguro y lo expone luego más detalladamente en la póliza.
La pluralidad de seguros se configura cuando un mismo interés se asegura contra idéntico riesgo, de manera simultánea, a través de diferentes compañías aseguradoras. Estos contratos, aunque independientes, operan de forma concurrente, lo cual resulta esencial para entender el funcionamiento de la cobertura, la distribución de los riesgos y los límites de las indemnizaciones en el ámbito asegurador. Así la existencia de varios contratos sobre un mismo interés supone una amenaza para el principio indemnizatorio, pues esos múltiples seguros hacen posible que la acumulación de sumas aseguradas supere el valor del bien asegurado y el asegurado reciba indemnizaciones superiores al valor real del daño sufrido. El asegurado no puede obtener una indemnización superior al daño sufrido. Cada asegurador responde hasta el límite de su póliza, pero la suma de todas las indemnizaciones no puede superar el valor del bien o el daño efectivamente sufrido.
Cada 14 de mayo se conmemora el Día Mundial del Seguro, para recordar la importancia de contar con mecanismos de protección frente a riesgos personales, patrimoniales y empresariales. El seguro ayuda al desarrollo económico y social, y su crecimiento es un termómetro de la formalización, la planificación y la resiliencia en cualquier país.