El actual presidente del Indi, Pablo Santacruz, anda “muy preocupado”, tanto que está en busca de una nueva sede para este órgano inútil. Resulta que el vecindario de su actual local sobre la avenida Artigas ya no soporta la creciente inseguridad causada por indígenas que montan campamentos casi permanentes en las inmediaciones, sobre la misma arteria. Es indignante que la inoperancia de la Municipalidad y de la Policía Nacional afecte no solo el libre tránsito, sino también la seguridad de las personas y de sus bienes, obligando a una entidad pública a mudarse a instancias de las víctimas, porque su mera presencia atrae el delito. Pero, con la mudanza, lo que hará el Indi es trasladar el problema a otro barrio.