1 de septiembre de 2025
La Municipalidad de San Pedro del Ycuamandyyú parece estar atrapada en un eterno ciclo de crisis, como si el progreso fuera un deporte extremo que a esta administración le resulta francamente inalcanzable. Y uno no puede evitar preguntarse, ¿es el hartazgo ciudadano real o solo digital? Porque en las urnas... otra es la historia.
El cardenal Adalberto Martínez fue obispo de San Pedro y en la víspera de la fiesta patronal de la Ciudad presidió la misa en honor a San Pedro Apóstol. En su homilía instó a cuidar el medio ambiente teniendo en cuenta que nuestro planeta es “la casa de todos” y además, dejó un mensaje a las autoridades del gobierno electo de Santiago Peña. En la ocasión Martínez fue declarado ciudadano ilustre de la ciudad.
La oposición solicitará al Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) llevar a cabo las elecciones municipales de San Pedro del Ycuamandyyú mediante el sistema de papeletas y no con máquinas de votación que fueron utilizadas en los comicios generales de abril pasado. Argumentan que existen dudas en torno a la vía electrónica.
La elección para reemplazar al imputado intendente de San Pedro del Ycuamandyyú, Gustavo Rodríguez (cartista), quien renunció al cargo para evitar ser destituido, será el próximo 10 de setiembre, mismo día que las elecciones para reemplazar a los otros 12 jefes comunales que renunciaron para candidatarse en abril.
Para alborozo de la ciudadanía local, Gustavo Rodríguez renunció a la Intendencia de San Pedro del Ycuamandyyú, ante su inminente destitución por obra de la Cámara Baja, tras haber sido imputado el 9 de marzo por un delito de lesión de confianza, que entre 2021 y 2022 habría causado a la Municipalidad un daño patrimonial de casi 18.000 millones de guaraníes, según el interventor designado por el Poder Ejecutivo. La dimisión se hizo esperar, tanto como la remoción que los diputados colorados tendrían que haber permitido mucho antes, en vez de sostener al impresentable correligionario con medidas dilatorias hasta que la demanda de la gente de bien se hizo irresistible; recién entonces creyeron conveniente pedirle su renuncia, como si no hubieran bastado el informe del interventor ni la imputación del Ministerio Público.