9 de agosto de 2025
Nuestro país tiene tres niveles: 1) Las personas que viven bien gracias a su esfuerzo, emprendimiento, talento, disciplina; 2) Las personas que viven bien gracias a su vocación para quedarse con el dinero del Estado en sus distintas modalidades: licitaciones tramposas, sobrefacturaciones, pagar por obras que no se hacen, etc.; 3) los que viven deslomándose en el trabajo honrado, con cuyos impuestos se alimentan los del nivel dos.
Según el diputado Roberto González (ANR-FR) su colega Rocío Abed, quien cree que comer cheesecake o latte es prueba de reducción de la pobreza, vive en una realidad paralela y es “mboriahu paquete”. Agregó que ese elemento de medición es para quienes acumularon riqueza por “arte de magia o por un golpe de corrupción”.
Acostumbrada a las fastuosas fiestas, con el lujo de las monarquías europeas, con que los de su clan celebran la vida, la diputada colorada cartista Rocío Abed ya perdió, además de la vergüenza, toda noción de la realidad. Igual que el senador Luis Pettengill, representa a una clase política enriquecida a partir de cargos y salarios públicos, que hasta de sus discursos borró a quienes viven en la más inhumana pobreza.
Luego de la indignación que generaron sus declaraciones en el Congreso, la diputada Rocío Abed se desmarcó del ejemplo del cheesecake y acusó a los medios de tergiversar sus palabras. “Hay gente desconectada de la realidad”, afirmó. Indicó que es intolerante a la lactosa y que realmente prefiere postres como el dulce de batata, o elige el vori vori antes que “un salmón”.
Al igual que la diputada cartista Rocío Abed, quien presentó el consumo de cheesecake y café latte como un supuesto “indicador” de reducción de pobreza, su colega de bancada Héctor “Bocha” Figueredo intentó sostener que “ya estamos mejor” apelando al argumento de que “dato mata relato”. Citó cifras de empleo, pese a que su propia hija, beneficiada por el nepotismo, percibe un salario de más de G. 15 millones mensuales en la Cámara Baja.
La senadora Celeste Amarilla (PLRA) cuestionó duramente a la diputada Rocío Abed (ANR-HC), quien dijo que en Paraguay “estamos mejor” porque algunos comen “cheesecake” y toman “latte”. La senadora tildó a la cartista de desubicada y cabeza hueca.