7 de octubre de 2025
El cartismo hizo uso de su mayoría en la Cámara de Diputados y aprobó sin mucho debate el cuestionado proyecto de Ley de “Arbitraje”, pese a que se solicitó que sea postergado el estudio por 15 días para llamar a una audiencia pública.
Tras ser tratados de “colorratas” la semana pasada por el diputado opositor Miguel Martínez, el diputado colorado disidente y esteño, Luis “Tiki” González, reconoció que alguno habrá en el Partido Colorado, pero también en otros partidos, ya que “hay una fauna política bastante heterogénea”. Sobre la ostentación demostrada por el clan cartista de los Zacarías en una farra el fin de semana también reconoció que son niveles que duelen a la ciudadanía.
Ante la descarada ostentación en un mega farra del director de Itaipú, Justo Zacarías y su esposa, la diputada cartista Rocío Abed, el diputado liberal Diosnel Aguilera dijo que llegar a esos niveles es “casi criminal” ya que evidentemente hay varios del gobierno que le dieron “una reverenda patada a la pobreza, robando a gente humilde”. Remarcó que la farra del fin de semana no tiene ni punto de comparación con el festín que se dan con los fondos de Itaipú.
Tras burlarse de la ciudadanía diciendo que “ya estamos mejor” porque unos comen “cheesecake” o sugirieran puchero en vez de cortes “premium”, el director de Itaipú, Justo Zacarías y su pareja, la diputada cartista Rocío Abed hicieron una fastuosa fiesta de 15 años a su hija, donde solo una botella de vino costaba G. 1.300.000.
Según el diputado Roberto González (ANR-FR) su colega Rocío Abed, quien cree que comer cheesecake o latte es prueba de reducción de la pobreza, vive en una realidad paralela y es “mboriahu paquete”. Agregó que ese elemento de medición es para quienes acumularon riqueza por “arte de magia o por un golpe de corrupción”.
Acostumbrada a las fastuosas fiestas, con el lujo de las monarquías europeas, con que los de su clan celebran la vida, la diputada colorada cartista Rocío Abed ya perdió, además de la vergüenza, toda noción de la realidad. Igual que el senador Luis Pettengill, representa a una clase política enriquecida a partir de cargos y salarios públicos, que hasta de sus discursos borró a quienes viven en la más inhumana pobreza.