SAN PEDRO. La organización deportiva Lima Pesca Club y la Municipalidad, durante esta veda pesquera se embarcan en ejecutar el plan denominado “pesca de basura, en el río Aguaray Guasú. Cuentan con el apoyo del Instituto Forestal Nacional (Infona), y también inician la reforestación de la orilla del cauce hídrico. Con la iniciativa, además de limpiar el cauce hídrico, buscan concienciar a la ciudadanía a cuidar el ambiente.
“No hay una verdadera planificación para el manejo sostenible de nuestros ríos”, expresó Esteban Dos Santos, Pdte. del Centro de Armadores Fluviales.Una bajante crítica complica nuevamente la navegación fluvial en nuestro país, los niveles de agua en los ríos Paraguay y Paraná están excesivamente disminuidos; a raíz de esta situación, varias embarcaciones están varadas en la zona de Pilar.
El Ministerio Público de la capital guaireña imputó a dos directivos de la Azucarera Paraguaya S.A. (Azpa) por la supuesta contaminación del río Tebicuarymí, donde semanas atrás se registró la mortandad de numerosos peces de distintas especies en la zona de la ciudad de Itapé. La denuncia fue presentada por la Asociación de Pescadores de la zona.
Si bien la Comisión Trinacional del Pilcomayo aún espera los resultados del estudio del agua para definir el nivel de contaminación y si llegó hasta el cauce con nuestro país, los funcionarios de Tarija, Bolivia, señalan ahora que las sustancias contaminantes datan del año 2021 y no solamente del mes de julio pasado, cuando se produjo el incidente con la rotura del dique de cola en la alta cuenca que habría dejado sustancias contaminantes en el agua.
Los indígenas Weenhayek, Tapete y Guaraní del vecino país, Bolivia, emplazan por 48 horas a sus gobernantes para que escuchen sus demandas sobre la posible contaminación del Pilcomayo, tras el derrame de desechos mineros en el río, ocurrido a fines de julio pasado. En Paraguay, las autoridades esperan el resultado de muestras para declarar estado de alerta, aunque no creen que llegue a ser necesario.
En la zona de Potosí, Bolivia, a unos 60 kilómetros de donde nace el río Pilcomayo, el pasado 28 de julio se produjo un derrame de desechos mineros que se extendió por unos cinco kilómetros; sin embargo, no llegó hasta el río, por lo que las aguas del Pilcomayo siguen siendo aptas para beber, al igual que para el consumo de sus peces, aseguran.