Carlos Fernández Valdovinos, próximo ministro de Hacienda y aspirante a primer titular del propuesto Ministerio de Economía, reiteró su estimación de que el déficit fiscal real está en torno al 5% del PIB, lejos de la meta del 2,3% para 2023, si se contabilizan las deudas pendientes e impagas con proveedores, que calcula en unos 500 millones de dólares. Sugiere un sinceramiento para el cierre de este ejercicio y está muy bien. Pero, al mismo tiempo, ya habla de patear para 2026 el retorno al tope del 1,5% del PIB establecido en la ley de responsabilidad fiscal. Esto no solo echaría por tierra el cronograma de convergencia acordado por todas las fuerzas políticas, sino supondría para él una pronta pérdida de credibilidad.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) redujo levemente esta semana su proyección de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) regional para 2023 del 1,3% estimado el pasado diciembre a un 1,2%, debido principalmente a “crecientes incertidumbres externas y restricciones internas”, destaca un despacho de la agencia EFE, originado en Santiago de Chile.
La deuda pública en Paraguay ha pasado por marcados procesos en la última década. A modo de recapitular que las cuentas fiscales gozaban de resultados superavitarios hasta antes del año 2012. Si bien los mayores ingresos frente a los gastos permitieron al Estado generar cierto ahorro, las inversiones en obras de infraestructura acumularon importantes retrasos.
El comportamiento de la deuda a escala mundial ha registrado una clara caída durante el 2022, tras la última reportada en el 2015. Esta reducción se debió, principalmente, a la reactivación económica luego de la crisis sanitaria y al proceso inflacionario a nivel internacional.
Como el consumo privado es la parte proporcional más importante del Producto Interior Bruto o Renta Nacional, las variaciones del consumo tienen consecuencias a corto plazo muy importantes en las variaciones de la producción, de renta, empleo y, por tanto, son determinantes fundamentales de los ciclos económicos (El consumo: importancia económica y factores determinantes. Guillermo de la Dehesa). Según el BCP, el consumo privado registró un crecimiento interanual de 2,8 por ciento, producto de la dinámica positiva de los servicios (transportes, restaurantes y hoteles, servicios inmobiliarios y servicios a los hogares), de los bienes no durables (bebidas y tabaco, alimentos y productos químico-farmacéuticos, atenuados por la retracción de combustibles).
América Latina sobrelleva la crisis derivada de la guerra en Ucrania pero de poco le sirve si no participa más en la economía global, atrae más inversión y aprovecha la relocalización productiva y la industria verde, destacó esta semana el Banco Mundial, según un despacho de la agencia AFP, originada en Washington.