Reducir los niveles de pobreza y pobreza extrema están entre los principales desafíos para el nuevo gobierno del presidente electo Santiago Peña, que se encontrará con casi 1,8 millones de paraguayos en condición vulnerable. En los últimos años la población viene arrastrando los efectos de la pandemia, la alta inflación y la sequía, este último golpeó principalmente en el campo,
Uno de los temas presentados y analizados durante el último trimestre del año 2022 fue lo relacionado al impacto económico de los Juegos Suramericanos Asunción 2022. Por primera vez Paraguay se convirtió en sede de los Juegos de la Organización Deportiva Suramericana (ODESUR), que aglutina a 14 Comités Olímpicos Nacionales de América del Sur como miembros plenos y un Comité Olímpico Nacional asociado. Un estudio realizado en dicha oportunidad demostró una serie de efectos positivos en el engranaje económico del país.
SAN PEDRO DE YCUAMANDYYÚ. La pobreza extrema se acentúa en las periferias de San Pedro de Ycuamandyyú. Las familias viven bajo precarios techos, sin las mínimas comodidades y sin poder asegurar incluso, la alimentación diaria. El último temporal aumentó la crisis. No existe registro oficial de la cantidad, ni programa para que las familias abandonen la franja de pobreza en la que sobreviven.
A lo largo de los casi últimos 25 años, la pobreza extrema a nivel mundial había disminuido. Sin embargo, este proceso se vio interrumpido con la llegada de la pandemia en 2020, a lo que se sumaron demás factores como los conflictos y el cambio climático, provocando una desaceleración en la reducción de la pobreza, de acuerdo con el Banco Mundial.
Por segunda vez, el Ministerio de Hacienda rechazó el pedido de pensión por tercera edad de Evarista Benítez Vda. de Ferrerira (71), quien sobrevive en medio de una pobreza extrema en el Chaco y tiene a su cuidado una hija de 47 años encamada.
Tres adultos mayores del distrito de Fuerte Olimpo sobreviven en una pobreza total y esperan poder acceder al cobro del subsidio otorgado por el Gobierno. Se trata de Andrés Grance (78), Zoila Alvarenga Pereira (77) y Evarista Benítez (71), quienes siguen sorteando la excesiva burocracia estatal.