1 de octubre de 2025
En las áreas urbanas emergen dinámicas complejas. Asunción, la capital del país, con una tasa promedio de 7,3%, oculta contrastes extremos entre barrios: Mburicao registra 0,03% de pobreza, mientras que en San Miguel asciende a 42,5%. Estas diferencias reflejan procesos de segregación socioespacial que requieren políticas diferenciadas dentro de una misma ciudad, destaca el “Mapa de Pobreza Monetaria Distrital del Paraguay” presentado esta semana por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en colaboración con el Banco Mundial (BM).
El Instituto Nacional de Estadística, con apoyo del Banco Mundial, lanzará este 25 de setiembre una herramienta que permitirá medir la pobreza en los 263 distritos del país y en los barrios de Asunción. Según señalan, será clave para el desarrollo del país.
En la última década, la clase media en América Latina y el Caribe (ALC) mostró un avance sostenido, consolidándose como un segmento clave de la estructura social de la región. De acuerdo con datos del Banco Mundial (BM), en 2015 la clase media representaba 36,7% de la población, cifra que fue aumentando de manera gradual hasta situarse en 40,3% en 2024. Este incremento de casi cuatro puntos porcentuales refleja una mejora relativa en las condiciones de vida, en un contexto donde la pobreza se redujo y la vulnerabilidad se mantuvo relativamente estable.
El alarmante informe de Unicef y Cepal revela que seis millones de jóvenes latinoamericanos enfrentarán la pobreza para 2030, a medida que el cambio climático golpea con sequías e inundaciones, amenazando su futuro y perpetuando la desigualdad en la región.
ESCOBAR. Unas quince familias viven en condiciones de extrema pobreza en esta ciudad. Ante la falta de oportunidades laborales e ingresos estables, enfrentan severas carencias, como la falta de un techo seguro y una alimentación adecuada, según relató Daniel Sosa, poblador.
Acostumbrada a las fastuosas fiestas, con el lujo de las monarquías europeas, con que los de su clan celebran la vida, la diputada colorada cartista Rocío Abed ya perdió, además de la vergüenza, toda noción de la realidad. Igual que el senador Luis Pettengill, representa a una clase política enriquecida a partir de cargos y salarios públicos, que hasta de sus discursos borró a quienes viven en la más inhumana pobreza.