El término “heteropesimismo” se ha convertido en un concepto relevante en debates contemporáneos sobre las relaciones de género y el comportamiento social. Aunque para algunos pueda resultar un término novedoso, su creciente uso en medios y redes sociales refleja un fenómeno social de interés actual.
Presentándose como el perfecto motivador para alcanzar metas, el amor propio se convierte en un ayudante indicado para el desarrollo personal. Sin embargo, si se caracteriza por ser fugaz e inconstante, dicha cualidad puede transformarse en pesimismo.
¿Qué deseos haríamos «realidad» si controláramos totalmente nuestro entorno? se pregunta Rubén Varillas mientras nos lleva de paseo por los simulacros de Baudrillard, la distopía de los Wachowski y el mito edénico de Adán y Eva. Desde España, en exclusiva para nuestros lectores del Suplemento Cultural.
Del sentido del humor y el cosmopolitismo que impregnan los ensayos histórico-literarios –sobre el Renan pesimista y El Cuervo «Nevermore» de Poe, entre otros temas– de Manuel Domínguez (1868-1935), un autor cuya lectura desbarata –este año del sesquicentenario de su nacimiento– su usual encasillamiento como nacionalista patriotero.
Los pesimistas se sienten mucho más inseguros y, al dudar de todo, suelen tener peores trabajos y relaciones personales no tan satisfactorias. ¿Se le puede poner límite a esa tendencia a la baja?
El petróleo bajó netamente el viernes en un mercado invadido por el pesimismo, luego de una semana ya marcada por las dudas sobre las posibilidades de asimilación de la oferta mundial, destaca un despacho de AFP fechado el último fin de semana en Nueva York.