En 2010, cuando se iniciaba la década pasada, el Estado paraguayo debía 2.839,4 millones de dólares, equivalentes al 10,4% del PIB, y en aquella época se debatía como algo que se creía inalcanzable que el país debía invertir alrededor de 1.000 millones de dólares por año para adecuar su infraestructura a los desafíos de su desarrollo. Doce años después, según el informe del Ministerio de Hacienda al primer trimestre de 2022, el saldo de la deuda pública asciende a 14.060,8 millones de dólares, 33,3% del PIB, y, sin embargo, Paraguay sigue estando entre los de peor infraestructura de América Latina, junto con Guatemala, Honduras, Haití y Nicaragua, de acuerdo con el Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial.