9 de mayo de 2025
El vicepresidente de la República, Pedro Alliana, retornó a su exfeudo, la Cámara de Diputados, ahora devenido a ser la “guardería” de su nepobaby, Montserrat Alliana Encina, para reunirse con su “gran amigo”, el actual presidente de la Cámara Baja, el cartista Raúl Latorre.
Aspirantes a suboficial de la Policía Nacional en Pilar fueron empleados como barrenderos por la Municipalidad local, dirigida por el intendente colorado Fernando Ramírez, aliado del vicepresidente Pedro Alliana. El subcomandante de la Policía desautorizó al intendente, alegando que los alumnos solo ayudaron en una minga ambiental.
En medio de un analfabetismo funcional que crece sin freno, ante la pobreza cada vez mayor en el lenguaje de jóvenes y adultos, las autoridades educativas andan más preocupadas por el kure caldo y la justificación de las sillas que enriquecerán a los muchachos del poder. Hasta se ocupan de usar a niños para darle las gracias al “señor presidente Santiago Peña”, en un arrebato patéticamente ruin.
La Itaipú Binacional publicó el miércoles último que continúa con la entrega de los pupitres chinos. Lo llamativo es que en las propagandas aparecen como “beneficiados” los mismos niños de suministros anteriores. Se acentúa por parte del gobierno de Santiago Peña la grosera utilización de escolares con el fin de acallar denuncias sobre el aparente negociado de alrededor US$ 27 millones.
Sin inmutarse ante los fuertes indicios de que Itaipú Binacional amañó una licitación en pro de un empresario ligado al vicepresidente de la República, Pedro Alliana, munido de dos cédulas de identidad discordantes, el Gobierno empezó a distribuir una parte de los 330.000 muebles escolares de origen chino, al parecer tremendamente sobrefacturados, como tratando de generar un hecho consumado. Se jacta de que se trata de la inversión en mobiliario “más grande de los últimos años”, cuando que, en realidad, debe figurar entre los mayores escándalos en materia de contrataciones. Es indignante valerse de las necesidades educativas como pantalla para desviar supuestamente el dinero público hacia bolsillos particulares y afirmar luego, como lo hizo el presidente Santiago Peña, que “los niños más humildes del Paraguay están recibiendo el mejor mobiliario que existe en el país y en el mundo”. En verdad, lo que están recibiendo aparenta ser, más bien, el fruto podrido de una corruptela mayúscula.
Al presidente Santiago Peña al parecer le gusta hacer caso omiso de las inquietudes ciudadanas, de los reclamos sociales y de las investigaciones periodísticas que desnudan supuestos casos de corrupción que muchas veces salpican a su entorno. El cuestionado proceso de adquisición de los “pupitres de oro”, de procedencia china, presuntamente sobrefacturados, no ha sido la excepción a su inacción e indiferencia. El escándalo desatado por la licitación pública para la compra de muebles escolares por parte de Itaipú no ha inquietado al Gobierno, entre ellas la selección del oferente que resultó ser un allegado al vicepresidente de la República, Pedro Alliana, y la fabricación de los muebles con las características y cantidades exactas a lo solicitado en el pliego de bases y condiciones incluso antes de resultar adjudicada la firma del empresario chino Long Jiang. Todo esto arroja características de una licitación amañada; sin embargo, el Presidente de la República permanece inmutable, tal vez porque su vicepresidente podría estar involucrado.