22 de mayo de 2025
El padre Aldo Trento, quien administra la clínica para enfermos terminales de la parroquia San Rafael, donde los desamparados aguardan el fin de sus días con dignidad, habla de su pasión por la historia jesuita y la importancia de su legado para dar esperanzas a los pacientes. En función a la Semana Santa que se aproxima, reflexiona sobre las palabras libertad, victoria, fe y valor de mirar la cara a la muerte.
Impotencia. Indignación. Al frente de la Fundación San Rafael y todas las entidades que la conforman -hospital, hogares de niños y ancianos, escuelas y colegios-, el padre Aldo Trento no logra entender cómo es posible que una persona quede impasible ante la necesidad del prójimo, máxime cuando se trata de un bebé. Es el caso de Gonzalo, un rehén de la mora judicial.
El padre Aldo Trento saluda a pacientes desahuciados de su notable hospital de enfermos terminales San Rafael, donde reciben, acompañan y hacen lo posible por aliviar el sufrimiento de aquellos a los que nadie, ni siquiera sus familiares, quiere ya tender una mano. Para él son héroes silenciosos que esperan con valentía el fin de sus vidas.