Celebramos las tres décadas del estreno de una película de Hayao Miyazaki, destinada desde su nacimiento a quedar en la historia del cine y el animé.
En un mes de abril como este que hoy comienza murió hace mucho tiempo uno de los grandes maestros del ukiyo-e. Recordemos al artista de los mil nombres y los mil nombres del artista.
Hace dos años, en una rueda de prensa en Tokio ante más de seiscientos periodistas de catorce países, el maestro Hayao Miyazaki declaró que se retiraba tras haber concluido su último largometraje de animación, Kaze tachinu (El viento se levanta). El anime, el Studio Ghibli y, en general, el universo de la ficción quedaron huérfanos de una mente osada y de una imaginación torrencial.
Revolucionó una de las expresiones más importantes de la cultura contemporánea con una nueva, revulsiva y terrible estética que se revelaría como una de las manifestaciones más representativas de la sociedad actual. El pasado sábado 7 de marzo se cerró un inolvidable y áspero capítulo de la historia del arte moderno: adiós a una leyenda.
Es común creer que quienes ven animé están inmersos en un mundo de fantasía y no tienen vida social; en cambio, Liz Mendoza (20) demuestra que esto es solo en prejuicio, ya que se encarga de organizar eventos otakus con fines benéficos. Afirma que “se visten de monstruos y recorren las calles recogiendo víveres para necesitados y refugios de animales”.
El evento más grande de manga, anime, cosplay y karaoke, vuelve en su quinta edición este 18 y 19 de agosto en el Centro Cultural del Unace. En esta nota, Megas y Mahoro nos cuentan más sobre lo que se viene, y sus expectativas.