19 de junio de 2025
Son el rostro y el alma de los locales gastronómicos, la primera sonrisa que vemos al llegar; manejan situaciones, caracteres y los más duchos hasta saben de antemano lo que uno va a pedir. Los mozos y su arte de servir definitivamente marcan la experiencia a la hora de salir a comer. Y por eso cumplen un rol fundamental a la hora de atraer o espantar clientes.
Más de G. 1.000 millones por año le cuesta al pueblo mantener a una decena de mozos que cumplen funciones en la Cámara de Senadores. El director de mozos cobra unos G. 17 millones mensuales y uno de ellos percibe un sueldo de G. 9 millones. La Cámara Alta prometió eliminar direcciones inútiles hace cuatro años, pero encargados de ascensores y de fotocopias siguen cobrando altas remuneraciones. Además, tienen hasta dispensario.
El Hospital de Clínicas tiene un plantel de 16 mozos para servir “cafecito y bocaditos” a los altos directivos. Incluso, en la planilla de salarios de la institución, aparece un mozo “vip”, que en el mes de julio cobró G. 7 millones. En el nosocomio faltan medicamentos e insumos básicos. Los pacientes a diario sufren penurias.
BUENOS AIRES. Con dos botellas de gaseosas y un vaso lleno haciendo equilibrio sobre sus bandejas, unos 300 camareros compitieron ayer en una carrera de 1.600 metros que pasó por la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, en pleno centro de Buenos Aires.
La oferta gastronómica en Asunción crece y se diversifica. La calidad del servicio también incluye la atención a los clientes de parte de los mozos. Estos son vendedores y no meros despachantes de comidas. Una buena impresión mantiene la fidelidad del cliente.