CÁDIZ. Investigadores de instituciones científicas españolas y portuguesas han desarrollado un modelo matemático capaz de detectar el movimiento de microplásticos en ecosistemas marinos, un trabajo que puede ser altamente útil para el seguimiento de vertidos contaminantes.
TOKIO. Investigadores japoneses han constatado por primera vez la presencia de microplásticos en las nubes y han estado analizando su influencia en la formación de cúmulos y su impacto negativo en el clima, de alcance aún incierto.
AUSTRALIA. Un grupo de científicos ha desarrollado un polvo magnético capaz de eliminar los microplásticos del agua en menos de una hora, lo que, según aseguran, permitiría erradicar estos residuos con mayor rapidez y a menor coste, informan este miércoles fuentes académicas australianas.
Microplásticos se han encontrado en lugares recónditos del planeta, como el Círculo Polar Ártico o el Everest, pero también en el estómago de tiburones o pingüinos y en heces humanas y placenta. Ahora, un estudio demuestra por primera vez que también pueden hallarse en el torrente sanguíneo de personas.
Los microplásticos no están presentes solo en muchos alimentos, sino también en los cosméticos. Estas pequeñas partecitas de plástico incluidas en peelings y geles de ducha supuestamente ayudan a remover las capas más viejas de la piel.
Un equipo de investigadores halló por primera vez microplásticos en las entrañas de minicrustáceos que viven a 11 km de profundidad, lo que demuestra que ningún ecosistema marino se libra de este tipo de contaminación.