10 de noviembre de 2025

Un grupo de jóvenes de la Asamblea Permanente “Ni Un Paso Atrás” se manifiestaron este lunes en las cercanías de Mburuvicha Róga para expresar su rechazo al gobierno de Santiago Peña. La movilización, que contó con el apoyo de organizaciones civiles, se desarrolló bajo fuerte presencia policial.

Facturas a nombre de otras personas eran emitidas cuando los pagos se realizaban con dinero de los “sobres” provenientes de Mburuvicha Róga. Así lo detalla la exfuncionaria del Gabinete Civil, Luz Maribel Candado Romero. Existen, incluso, audios de la primera dama de la Nación, Leticia Ocampos de Peña, en los que indica a Candado uno de los nombres con el cual debía imprimirse el comprobante. La exempleada pública también pagaba con su tarjeta de débito y recibía el reembolso EN EFECTIVO por parte de la familia presidencial.
En Nepal intentaron apagar el WiFi, pero encendieron una revolución. En Paraguay no hace falta cortar internet, acá se corta la esperanza. Lo que podríamos llamar un “apagón social” sufren los jóvenes todos los días, cuando un salario no alcanza, cuando estudiar es un lujo, y pensar en un seguro médico o una lejana jubilación parece un chiste cruel.
Exigen foto de los dólares que estaban en un sobre en Mburuvicha Róga. Ya anunciaron que si aparece la foto, pedirán después la pericia. Y si la pericia confirmara que la foto es auténtica, es posible que califiquen la pericia, el celular, o ambos, manipulados.
Los medios rebosan del término “escándalo”. Hay escándalos por donde se mire en el revuelto circo del poder. El escándalo nuestro de cada día está siempre ahí. Es una grácil rutina que se genera tan escandalosamente que ya a nadie escandaliza. Un escándalo que en otros países mueve un gobierno, aquí solo mueve dedos en la mecanografiada dimensión de las redes sociales.
Con respecto a la historia que Luz Candado cuenta sobre el presidente Santiago Peña, la senadora del partido cuyo líder propone la dictadura como programa de gobierno, Yolanda Paredes, declaró que “nos quieren hacer creer que iban a comer asado” los contratistas públicos que visitaron la residencia presidencial.