La caída de la cotización internacional y la merma en la producción de maíz afectaron significativamente la exportación del rubro, cuyos ingresos registraron una caída en US$ 10,7 millones al cierre de enero pasado, según la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco).
Productores de la filial en Itapúa de la Coordinadora Agrícola del Paraguay (CAP) reportan una situación crítica de cultivos extensivos que sufren por la falta de lluvias desde hace más de 20 días en el departamento de Itapúa. En el caso de la soja, el estrés hídrico provocará una disminución de la productividad por encima del 50% para quienes realizaron el cultivo posterior al 20 de septiembre, según las estimaciones. Requieren urgentemente lluvias de al menos 50 mm.
La Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco) evaluó el desempeño del sector agrícola en el 2024 y destacó en su balance que, a pesar de los numerosos factores adversos, se cierra un periodo “razonablemente bueno”. Enfatizó que el principal desafío será “dar el gran salto” en términos de volúmenes de producción a fin de acompañar la dinámica del comercio exterior y beneficiar la agroindustria.
La caída de la exportación de maíz entre enero y noviembre asciende al 48% frente a los registros del año pasado, debido a varios factores que se conjugan: merma en la producción del grano, la desvalorización del real y otros, destaca el informe de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco).
La zafriña 2024 de los cultivos de soja y maíz alcanzó una superficie total de 1.295.228 hectáreas, entre ambas plantaciones, que implica una reducción de 175.360 hectáreas, según las últimas estimaciones del Instituto de Biotecnología Agrícola (INBIO). Se observa así una tendencia de descenso para este ciclo en los últimos años.
Hasta el momento, no hay variaciones en las estimaciones para la producción de soja y se sigue esperando obtener 10,53 millones de toneladas para el ciclo 2024/25, sumando zafra y zafriña, según las proyecciones. El “foco” del sector productivo está ahora en la espera de las lluvias anunciadas para las primeras semanas de diciembre, que serán cruciales para definir la productividad de la zafra.