Un juez suspendió una apresurada licitación pública del IPS, destinada a tercerizar el servicio de lavado y limpieza de sus ropas hospitalarias, durante diez años y a un costo estimativo de nada menos que unos 67 millones de dólares. Por su lado, la DNCP anuló una adjudicación de la Dinac a una empresa, de un contrato por valor de 758.200.804 guaraníes, para completar las obras faltantes en un espigón del aeropuerto Silvio Pettirossi y reparar unas mal hechas por otra empresa. Llama la atención que abunden licitaciones que parecen destinadas a robar. Es inconcebible que las instituciones públicas no puedan preparar bases y condiciones suficientemente claras, o que las propias leyes provoquen dudas que benefician a los sinvergüenzas.